
Gustavo Rodríguez
Premio Alfaguara 2023
Es una novela que, entre la risa y el llanto, describe la vida de Eufrasia, mujer andina que cuida ancianos de un barrio acomodado de Lima, rota entre su poder frente a la debilidad de doña Carmen, el deterioro del doctor Harrison o el camino hacia el olvido de los viejos que atiende en un hogar donde intenta recuperar la memoria de todos con juegos y películas viejas.
Con un hábil manejo de hilarantes acciones y actitudes, Rodríguez plantea el debate sobre el tratamiento a las personas mayores que, en la sociedad occidental, son vistas como desechos y se sienten un estorbo.
Para ellos la vida ya no acarrea emoción alguna y prefieren descansar para siempre. Ante el deterioro del cuerpo, se sienten con el derecho a desaparecer, a dejar la carne deleznable. Pero la moral entra en juego mientras el tejido social se empeña en transmitir agobio y sufrimiento.
“Llega una edad… en la que la muerte ya no es una idea difusa, mi hija, sino que es una posibilidad real… cuando somos jóvenes todos sabemos que nos vamos a morir, pero se trata de un saber intelectual”, pontifica doña Pollo, antes de hacerle a Eufrasia el difícil pedido.
Ella ve el deterioro de los otros, sabe que cada piso, metafóricamente representado, es un paso más en la carrera contra los raídos años. Eufrasia asiste a los viejos, les entretiene, cuida y alimenta, y no se mira. Casi como autómata, sube y baja, va y viene, mientras dentro de ella crece un monstruo que, en el desenlace, provocará un llanto torrencial al lector demasiado sensible.