EDICIÓN 486

Michel Houellebecq
Anagrama, España, 2022
Los personajes centrales de Houellebecq suelen ser cínicos burgueses de mediana edad que deambulan por su existencia como fantasmas y personifican cierta decadencia europea en la cual el autor —un provocador nato— parece regodearse.
Su más reciente novela no es una excepción en este sentido. En ella encontramos a Paul Raison, alto funcionario del Ministerio de Economía, que vive solo para su trabajo a pesar de que no cree mucho en el sistema democrático y casi no tiene contacto con su familia.
Lo que sí es una excepción es la trama policial y algo parecido a una historia de amor. Así, mientras una serie de atentados terroristas de autoría desconocida impactan a su entorno, y su anciano padre, exdirector de inteligencia, entra en coma, Paul vuelve a sentir algo por su esposa, con quien no ha interactuado en diez años a pesar de seguir viviendo en la misma casa.
La delicada salud de su padre vuelve a reunir a Paul con su hermana mayor, desempleada y con una hija que se dedica veladamente a la prostitución, y su hermano menor con su dominante esposa y el hijo fruto de la inseminación artificial con otro hombre.
Pero, así como Houellebecq es un maestro en situaciones sórdidas, no es un maestro de la trama y sus repetidos intentos por hacer que todas estas historias confluyan vuelven a la novela extremadamente morosa.
No ayuda cuando el personaje principal relata sus sueños, casi siempre disparatados y llenos de oscuros presagios. La novela, fiel a su título y a su autor, termina por aniquilar al lector con un final sin ninguna esperanza.