La vida de Tchaikovsky en seis sinfonías

Por Fernando Larenas
Edición 456 – mayo 2020.

Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893). 

No es fácil comprender cómo, a través de la música, se pueden expresar sentimientos que denotan angustias, rebeldías acumuladas, protestas, gritos. ¿Mediante los instrumentos? Sí, y es lo que trataré de descifrar en este artículo sobre el mayor representante ruso de la música clásica: Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), quien murió abatido por el cólera, la epidemia más terrible que azotaba entonces a la humanidad, según algunas versiones, o envenenado, como refieren otras investigaciones.

¿Y por qué en seis sinfonías —como sugiere el título de esta nota—, si también escribió oberturas, cuartetos, conciertos para violín, para piano, música para ballet, ópera, etc.? Si, además, solo catalogó o enumeró seis sinfonías, pero escribió dos más, aunque la última quedó escrita, no ordenada, y recién fue terminada de clasificar en la mitad del siglo anterior; es decir, un poco más de medio siglo después de su muerte.

Las dos primeras sinfonías no merecen más análisis porque muestran todo el virtuosismo de un hombre que, desde muy niño, se dio cuenta de que lo suyo era la música, algo que comprobaría después de escuchar la ópera Don Giovanni de Mozart. Alguien que ya proyectaba su genialidad estaba también destinado a cambiar la forma de escribir música más allá de la Rusia zarista y nacionalista que promovía el rico folclor eslavo.

Tanto le gustaba la música que no se concentraba en las clases, solo pensaba en las melodías, tamborileaba con los dedos sobre una ventana concentrado en marcar los ritmos que su mente oía; hasta que una vez rompió un cristal y se hirió las manos.

Tchaikovsky nació en una época en que la capital de la música estaba en Viena, en Italia, en Francia, y los alemanes incubaban su fuerte nacionalismo bajo el ala de Richard Wagner.

El mundo de la cultura se mostraba por medio de Mozart, de Beethoven, músicos clásicos que se consagraron tras el largo dominio barroco de Bach, Händel, Vivaldi, Scarlatti, Telemann… Beethoven ya incursionaba en el Romanticismo y Tchaikovsky definitivamente siguió esa línea tras romper con el Grupo de los Cinco rusos (leer el recuadro), porque su música estaba para trascender más allá de los pueblos que habitaban las estepas rusas.

Veamos cómo y con qué nombres Tchaikovsky presenta sus dos primeras sinfonías.

La Primera Sinfonía en sol menor se llama Sueños de invierno y la comenzó a trabajar en la primavera de 1866, la finalizó en el verano de ese año. Con la flauta y el fagot representa el primer tema que se subtitulaba Sueños junto a un camino barrido por el viento. El segundo movimiento lo definió País de desolación, país de niebla (nadie como un ruso para describir esos inviernos de nieve que en la literatura dejara plasmada Tolstói). En paralelo comenzó a trabajar su ópera El Voivoda.

Antonina conoció a Tchaikovsky en 1865 en Moscú, en la casa de una amiga común. Ella tenía 16 años y él 25. El maestro no la recordaba de esta reunión. Ella, en cambio, le evocó desde este primer momento. Según se dice, dejó de trabajar como costurera profesional para estudiar música en el Conservatorio de Moscú donde Piotr fue uno de sus profesores. Abandonó sus estudios probablemente por asuntos financieros. Escribió a Tchaikovsky varias misivas apasionadas que él nunca constestó hasta que ella le chantajeó con suicidarse si no le respondía. Al conocerla decidió casarse para satisfacer al padre que lo presionaba y para acallar todo rumor sobre su homosexualidad. Todo fue un desatre, Antonia resultó ser una mujer desequilibrada. El matrimonio duró poco tiempo.

La Segunda Sinfonía en do menor no podía ser más nacionalista, comenzando por el nombre Pequeña Rusia, que se refiere a Ucrania, porque así la denominaban los rusos. Primero fue aprobada en una audición por Nicolai Rimsky-Korsakov, con el que mejor se llevó del Grupo de los Cinco (los otros cuatro en el recuadro).

Y viene la Tercera Sinfonía en re mayor, denominada Polaca, que es considerada la más alegre de todas. Durante la obra emplea de manera brillante el contrapunto que, como se sabe, fue una de las mayores fortalezas en la música de Beethoven. Coincide en que, mientras trabajaba la tercera sinfonía, escribía la música del ballet El lago de los cisnes y, además, comenzaba su relación epistolar con su mecenas Nadezhda Meck. Esta sinfonía fue construida en cinco movimientos (la mayoría tiene cuatro) y es la más rusa de todas.

En la Cuarta Sinfonía, que dedicó a su mecenas, se aprecia mejor la evolución del músico, quien había abandonado las clases para dedicarse solo a la composición. Esta obra está muy ligada con su forzado matrimonio, cuyo único fin era el de ocultar su homosexualidad. Con 38 años de edad Piotr Ilich se casa con Antonina Miliukova, de veintiocho, un matrimonio que duraría un poco más de un mes y que casi termina en tragedia por el intento de suicidio del músico. Esta sinfonía no fue bautizada, pero pudo llamarse Destino.

Una de las mayores virtudes de esta obra está en el tercer movimiento (scherzo), se trata de un pizzicato ostinato, que refleja la capacidad creadora del músico con los instrumentos de cuerdas. La técnica de esta acción consiste en pellizcar las cuerdas de los violines, violas, violonchelos, contrabajo con la yema de los dedos y no con el arco, que es lo común en la música de cámara y en la sinfónica.

Entre la cuarta y la quinta sinfonía Tchaikovsky escribe la Sinfonía Manfred, en si menor, que corresponde al opus 58. La compuso por pedido de Mili Balakirev, uno de los integrantes del Grupo de los Cinco, para que escriba sobre un poema dramático de Lord Byron. Y vaya que durante la ejecución alcanza niveles de drama que, instrumentalmente, resultan hasta apoteósicos; y aquí es cuando comienza a notarse la soledad del músico, la frustración, que estará mucho mejor reflejada en la siguiente composición.

La Quinta Sinfonía es la más triste (opinión personal), incluso mucho más que el Vals triste de Sibelius. Volvamos al inicio de este artículo para insistir que es en esta Sinfonía (también en la Sexta) que Piotr Ilich Tchaikovsky cuenta todo su drama, su rebeldía, sus apasionamientos, sus miedos y sus dolores; es la insistencia en la imagen del destino que lo atormentaba. Según los historiadores dejó algunas anotaciones en la partitura original que señala: “total resignación frente al destino” y se pregunta: “¿debo arrojarme en brazos de la fe?”.

El clarinete y el fagot son los encargados de aportar con el drama; son largas melodías que se acompañan con las cuerdas para representar la idea de tragedia (opinión personal). El scherzo es un vals que alivia la tensión; y el finale, andante maestoso, que repite la idea del destino, es de una riqueza instrumental que no se ve en otras sinfonías, o tal vez en la Fantástica de Berlioz. Percusión, cuerdas y vientos dan una fuerza apoteósica en la que se puede apreciar claramente la tendencia romántica en la obra del músico ruso.

En la Sexta Sinfonía se repite nuevamente la angustia con un inicio que denota lamentos, pero solo hasta los nueve minutos del primer movimiento, porque en un fortísimo tutti de la orquesta, Tchaikovsky, de forma estruendosa, comienza a luchar contra sus demonios. Nuestro diccionario define la palabra patética como algo que conmueve profundamente o causa un gran dolor o tristeza, la segunda acepción dice penosa, lamentable o ridícula.

El nombre ruso sugerido para esta obra fue papetichesky, que significa ampuloso, apasionado y emocional; hay una diferencia marcada con su significado en español. En un principio el título fue del agrado del compositor, pero dos días después y antes del estreno pidió que se quite el nombre; sin embargo, eso no se cumplió y fue denominada Sinfonía patética. “La quiero como no he querido nunca a ninguna de mis partituras, no exagero, toda mi alma está en esta sinfonía”, fue lo que dijo respecto a lo que él consideró su mejor composición musical. La obra se estrenó y el público la acogió con notable indiferencia, los críticos prefirieron no opinar.

A los pocos días Piotr Ilich Tchaikovsky moría por causa del cólera, según su hermano Modest, pero la versión fue desmentida por quienes aseguraron que fue obligado a beber arsénico para tapar un escándalo de acoso sexual. Ninguna de las versiones ha logrado opacar la obra de Tchaikovsky, “el más ruso de todos nosotros” como reconocería muchos años después Igor Stravinsky. O, como expresó Rimsky-Kórsakov, “es tan sencillo y formalmente tan claro, que cualquiera puede entenderlo, (Tchaikovsky) es un devoto de la mesura y de la belleza, es el auténtico espíritu ruso al alcance de todos”.

El escritor de estas seis sinfonías y de otros importantes géneros musicales fue el principal referente de su país, como Beethoven en Alemania, Mozart en Austria, Chopin en Polonia o Debussy y Berlioz en Francia.

Cronología de Tchaikovsky
A 180 años de su nacimiento, a 127 de su muerte
• 1840 | Nace el 7 de mayo en Votkinsk, un centro minero al este de Moscú.
• 1848 | La familia se traslada a Moscú, pero no le va bien y se va a vivir a San Petersburgo.
• 1850 | Ingresa a estudiar en la Escuela de Jurisprudencia en San Petersburgo.
• 1854 | Una epidemia de cólera afecta a San Petersburgo y muere la madre cuando Tchaikovsky recién había cumplido catorce años.
• 1859 | Con diecinueve años trabaja como funcionario del Ministerio de Justicia.
• 1866 | La familia y el músico, ya consagrado como tal, regresan a Moscú. Escribe la Sinfonía 1 en sol mayor, fue estrenada en 1868 en Moscú.
• 1868 | Conoce al famoso Grupo de los Cinco, conformado por Mili Balakirev, Modest Musorgski, Alexander Borodin, Cesar Cui y Nikolai Rimsky-Korsakov. Por causa de esa influencia comienza a escribir la Sinfonía 2 en do menor, una obra considerada nacionalista.
• 1874 | Comienza a escribir su primer concierto para piano y orquesta en si bemol menor.
• 1875 | Escribe la Sinfonía 3 en re mayor, que fue muy valorada por Tchaikovsky y que, además, tiene cinco movimientos.
• 1876 | Comienza su relación epistolar con la mecenas Nadezhda Meck. Compone el Lago de los cisnes y las Variaciones rococó para violonchelo y orquesta.
• 1877 | Este año marca su tormentoso matrimonio con Antonina Milyukova, que duraría casi dos meses, con un intento de suicidio en las gélidas aguas del río Moscova.
• 1878 | Estrena la Sinfonía 4 en fa mayor, conocida como Fatum o Sinfonía del destino y que, según los biógrafos, mucho tiene que ver con su frustrado matrimonio. En el verano de ese mismo año, en apenas tres semanas, escribe el concierto para violín y orquesta que sería estrenado en Viena en 1881.
• 1879 | Termina de escribir la ópera Eugenio Oneguin, basada en una novela de Pushkin.
• 1880 | Termina de escribir su monumental Obertura 1812, que evoca la invasión napoleónica a Rusia.
• 1885 | Estrena la Sinfonía Manfred (no catalogada) sobre un poema de Lord Byron.
• 1888 | Estrena la Sinfonía 5 en mi menor, que también tiene que ver con el destino, la providencia, la resignación, etc.
• 1890 | Rompe con su protectora por medio de una carta, al parecer aconsejada por sus herederos y por los rumores sobre su homosexualidad. Dicen los biógrafos que ya no necesitaba su dinero y contaba con una subvención del zar Alejandro III.
• 1892 | Estreno apoteósico del ballet Cascanueces en San Petersburgo, basado en un cuento de Alejandro Dumas (padre). En mayo comienza a planificar la Sinfonía 7 en mi bemol mayor, pero en diciembre del mismo año abandona la obra.
• 1893 | Estrena la Sinfonía 6, Patética y muere tres, cinco o nueve días después (no hay consenso) enfermo de cólera o envenenado.
• 1950 | El compositor soviético Semyon Bogatyryev comienza a reconstruir la Sinfonía 7.
• 1956 | La obra es terminada y catalogada como Sinfonía 7.
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