
Desde pigmentos y hormigas hasta un dispensador personalizado basado en un algoritmo inteligente.
La historia del lápiz labial tiene más de un siglo y Cleopatra, quien usó pigmentos obtenidos de escarabajos y hormigas, es el ejemplo más famoso que delata la antigüedad de un símbolo de la sensualidad femenina.
El producto más vendido del maquillaje ha sufrido una gran transformación y los registros más lejanos en el tiempo señalan pigmentos naturales, ceras y aceites en la elaboración de maquillajes a partir del siglo VII.
La casa perfumista y cosmética francesa Guerlain creó en 1870 una barra cilíndrica deslizante y recargable que llamó Ne m’oubliez pas.
En 1915, precisa BBC Mundo, llegaron el contenedor metálico y en 1923 el mecanismo giratorio, dos innovaciones patentadas en Estados Unidos. Mientras el brillo labial data de los años treinta.
Colores, fórmulas, texturas y durabilidad acompañan la evolución de los labiales, que también se precian de las opciones a la medida, gracias a la inteligencia artificial (IA) y la realidad aumentada.
L’Oréal es una de las firmas que ofrece experiencias de belleza personalizadas. Con su tecnología Perso, dotada de IA, creó Yves Saint Laurent Rouge Sur Mesure Powered, un dispositivo con un algoritmo inteligente que permite a los consumidores crear sus propios tonos de labiales.
Esta innovación —precisa la compañía— consta de varios cartuchos con colores icónicos de YSL como rojo, nude, naranja y fucsia, a partir de los cuales se pueden crear miles de tonos de lápiz labial.
Gracias a una aplicación, que se puede instalar en un teléfono o tableta, más el potencial de la IA, el dispensador permite elegir y mezclar las tonalidades deseadas.
Guive Balooch, vicepresidente de la incubadora de tecnología de L’Oréal, explica en el portal web de la firma, que entre los desafíos hubo que lograr un producto apto para diferentes tonos de piel, que brinda una experiencia centrada en consumidores que, no necesariamente, están acostumbrados a usar la tecnología, se adapta a todo tipo de teléfonos y dispensa la fórmula con un movimiento ascendente a una bandeja superior.
El poder de un labial
La connotación del labial ha dado bandazos, desde estar asociado a la prostitución en la antigua Grecia hasta ser un artilugio con poder político y fuente de comentarios machistas.
Elizabeth Arden, pionera de la industria de belleza estadounidense, proporcionó labiales rojos a las mujeres que reclamaron el sufragio femenino en 1912 en Nueva York, también el pintalabios elevó la moral durante la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en “una declaración contra el fascismo”, según relata Rachel Felder, autora del libro Red Lipstick: An Ode to a Beauty Icon.
“El acto de pintarse los labios emana un mensaje de autoridad y convicción. Para las mujeres que lo llevan es tanto una espada como un escudo, escondiendo cualquier inseguridad y demostrando fuerza asertiva”, dijo Felder a la revista S Moda.
Récords Guinness
Con más de 3380 productos, Scarlett Ashley Cheng y su hermana Kaylyn, de Hong Kong, poseen la mayor colección de bálsamos labiales del mundo.