Edición 421 – junio 2017.
A punto de cumplir 71 años, el maratonista ecuatoriano Julio Aguirre sigue ganando competencias internacionales. Afincado en Estados Unidos, en once ocasiones ha sido elegido mejor atleta de Nueva York, en su categoría. Su lema: “Lo importante no es ganar… sino siempre ganar”.
Bebedor y fumador empedernido. 46 años. Un día cualquiera de tantos, que languidecía borracho y tirado en el Central Park de la ciudad de Nueva York, vio pasar por delante de su deteriorado cuerpo una competencia. Y ahí, en ese mismo instante, empezó la vida deportiva del ecuatoriano Julio Aguirre. Se ve que nada es por casualidad, y tal vez hasta el mismísimo alcohol puso algo de su parte para que esa marabunta de corredores evocara su etapa de bachillerato en el colegio José María Velasco Ibarra de Milagro, provincia del Guayas. En aquellos tiempos participó en una carrera intercolegial local y llegó en primer lugar. “¡Yo lo puedo hacer!”, se dijo para sí mismo. Así que, ni corto ni perezoso, se inscribió en la siguiente prueba.
Ciertamente milagroso fue este despertar al mundo del maratón. Se repetía a sí mismo que no tenía nada que perder en esa carrera de fondo para lograr su objetivo. No obstante, el recorrido no fue fácil. Julio Aguirre sintió que en este deporte hacía falta “mucho sacrificio y entrenamiento”. Estuvo a punto de desistir, pero los estragos fueron pasando a la vez que mejoraba su nivel competitivo.
Se inscribió en el New York Road Runners —institución que organiza el maratón con mayor fama del mundo, la de New York City— y se entrenó a conciencia hasta que empezaron a verse los resultados. Pasaron dos años… otro más… y por fin, a la vuelta del cuarto desde que tomara la decisión de su vida, comenzó a destacarse como maratonista. No ha parado desde entonces. Un año después quedó en primer lugar en casi todas las competencias, lo que le sirvió para ser nombrado el mejor atleta de Nueva York, en su categoría.
Mientras no ganaba, lejos de desanimarse, se lo tomó como un acicate para prepararse todavía más fuerte y alcanzar su objetivo: ser el número uno en su categoría. “Lo conseguí a mis 53 años de edad”, dice Aguirre, “y después de ese primer logro, he continuado siendo nominado en los siguientes años”. En total, en once ocasiones.
El maratonista de Milagro tiene su lema: “lo importante no es ganar… sino siempre ganar”. Para eso, “doy todo de mí en los entrenamientos, y por supuesto en las competencias”. Él, que es un hombre sencillo, asegura que esta es su máxima, “aunque suene un poco petulante”.
Julio Aguirre cumplirá 71 años el 16 de junio y lo celebrará haciendo lo que más le gusta. Justo al día siguiente competirá el medio maratón de Río de Janeiro, su próxima prueba internacional. No solo participa en maratones, sino también en las otras distancias. ¿Hasta cuándo seguirá corriendo? La pregunta, aunque es de rigor, está de más cuando uno percibe la vitalidad de este hombre. “Lo haré hasta que mis piernas resistan”.
Hace tan solo unas semanas se proclamó ganador en su categoría (70 años en adelante) del medio maratón de Nueva York, ante un público de 30 000 personas. A Estados Unidos llegó hace 40 años. Después de superar su etapa de alcoholismo, y tras hacer los primeros pinitos en las carreras, trabajó como vendedor de productos para correr. Hoy en día, aunque su residencia habitual está en New Jersey, un par de veces a la semana se desplaza hasta la Gran Manzana para cumplir con sus compromisos deportivos.
Como entrenador personal, tiene su propia receta: “Yo voy y corro con ellos, practico con ellos”. Tres o cuatro meses antes del maratón de Nueva York, que se celebra en noviembre de cada año, prepara a entre ocho y diez alumnos. “Son atletas que buscan mejorar sus tiempos y cuyas edades fluctúan entre los veinticinco y 60 años”.
El entrenamiento de sus alumnos es el mismo que sigue para sí mismo: “Me gusta dar mi tiempo completo a cada uno”. Julio Aguirre corre unos 90 km a la semana, y esa es su media desde que se limpió del alcohol: “Tenía ganas de quitarme eso de encima”. De no haber sido por las carreras, “con total seguridad estaría muerto”, asegura. “Correr es desintoxicar la mente de todo pensamiento negativo y el cuerpo, de toda toxina que envenena el organismo”.
En sus veinticinco años de actividad deportiva, Aguirre ha participado en un total de 65 maratones en distintas partes del mundo. Ha ganado en 40 de ellas, en su categoría. El de mejor atleta va acompañado de un Premio Tiffany. Además, en todo este tiempo ha competido en unos 200 medios maratones y en incontables carreras en otras distancias, que se cifran en unas 1 200, aproximadamente.
Nury Armas, la mujer con la que está casado desde 1998, lo acompaña siempre a todas sus actividades deportivas. “Ella es mi inspiración y la que me da el empuje y consejos para lograr mis metas”. Hasta que emigró a Estados Unidos en 1996, Nury trabajó como ejecutiva bancaria en Guayaquil. Tienen seis hijos —tres de ellos del primer matrimonio del maratonista— y dos nietos. “Están muy orgullosos de mí, lo que me hace muy feliz. Mi nieto Ian es mi primer admirador y dice que soy el mejor corredor del mundo”.
En 2013 la Asamblea Nacional de Ecuador y el Municipio de Milagro le entregaron sendas condecoraciones de reconocimiento a la labor deportiva fuera de su lugar patrio. Como maratonista, al menos ha visitado veinte estados de Estados Unidos, algunos países de Europa (Irlanda, Dinamarca, Finlandia, Alemania, España…), Puerto Rico y Brasil. Él mismo asume los costos de sus viajes al exterior. La compañía en la que trabajaba fue su patrocinadora hasta hace cinco años; luego cambió de propietario y ahora busca un nuevo auspiciador.
Dos veces al año visita el Ecuador y va a Milagro. En noviembre también irá a Esmeraldas. Tiene previsto realizar otro reto deportivo, que implica todavía más resistencia y, cómo no, mayor riesgo: el alpinismo.
El maratonista “más viejo” del mundo
Fauja Singh, apodado el “tornado del turbante”, confirmó su adiós en marzo de 2013 tras terminar su última prueba, la maratón de 10 kilómetros de Hong Kong, en una hora y 32 minutos.
El veterano corredor, que nació en India y vive en el Reino Unido (hoy de 106 años), inició su carrera deportiva cuando tenía 89 años y en 2011 se convirtió en la persona de más edad en finalizar una maratón de 42 192 kilómetros en Toronto, Canadá.
Su marca, sin embargo, no es reconocida oficialmente ya que no posee un certificado de nacimiento para poder comprobar su edad.
Fuente: www.bbc.com / Foto: www.rediff.com