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El grafiti de Manuel Skirl

“Lo que ves es lo que ves… Mi trabajo sale de mí, si tú ves algo más, va por tu cuenta”. Fotografía: Facebook.com

El pintor austriaco ha llevado su trabajo artístico a un nivel superior. Su arte vive en las calles de Viena y también en grandes estructuras.

Aunque sus inicios estuvieron anclados al grafiti callejero, el austriaco Manuel Skirl evolucionó en su técnica y actualmente es un referente de la pintura abstracta en grandes superficies. Su trabajo, cuidado y calidad pueden observarse en grandes construcciones de Viena, así como en hoteles y restaurantes. También ha dejado su huella en gran parte del mundo, aunque un destino pendiente es Sudamérica, cuenta a Mundo Diners.

“De adolescente trataba de caer bien a la gente y encontré la manera de hacerlo a través del grafiti. Me conecté con la onda del grafiti prematuramente”, dice Skirl. Radicado permanentemente en Austria, el artista nunca pensó que su hobby se convertiría en su profesión, eso es algo que ha ocurrido “espontáneamente”, asegura.

Aunque en un inicio utilizaba aerosoles, desde hace unos cuatro años únicamente usa brochas para pintar en las paredes, específicamente rodillos acanalados que le han ayudado a desarrollar otra técnica. 

Desde 2013 ha ido evolucionando en su estilo y técnica, con cada vez menor color y mayor uso del degradé hasta incluso llegar a pintar casi sin color. Ahora trabaja con importantes compañías y realiza diseño de interiores: “Son proyectos muy grandes con paredes grandes”, dice. 

Sobre lo que intenta manifestar con su obra, Skirl es enfático al señalar que no existe una intención o significado que quiera transmitir, sino que “lo que ves es lo que ves”. “Lo que te llega a la mente como un mensaje, al ver una de mis creaciones, es lo que debe quedar.

No me gusta poner una crítica, historia o mensaje dentro de mi arte, soy alguien muy pensativo y tengo una postura muy crítica: pienso mucho sobre la vida, las personas y las relaciones interpersonales. Esto incluye parte de mi historia personal y mis sensaciones. A veces estoy muy alegre y positivo, y otras veces muy triste. Pero mi trabajo sale de mí, si tú ves algo más, va por tu cuenta”.

Incluso esa postura se traduce al momento de crear, pues el artista afirma que cuando pinta no piensa ni habla mucho y que más bien lo que ocurre es “una especie de proceso de meditación” sobre el cual van apareciendo las formas y los enganches de los rodillos y su dinámica.

“Entregar algo a la sociedad es un sentimiento muy fuerte, pero no creo que sea lo que me lleva a hacer mi trabajo. No es la tendencia a calzar en la sociedad lo que está en mi intención al momento de pintar, lo que trato más bien es de salir de ese camino”, apunta.

®Instagram.com.

Sobre el estilo, que se asemeja a dibujar espirales o líneas simultáneamente, Skirl explica que las formas que traza pueden ser familiares para otras personas “y eso nos dice que, al final, no somos tan diferentes, sin importar el lugar en el que estemos en el mundo”. 

“Tal vez nos sintamos diferentes o distanciados, pero tenemos el mismo tipo de personajes que están en todos lados. Tal vez no somos únicos, pero al mismo tiempo somos más similares de lo que creemos”, señala el artista.

Sus planes inmediatos no incluyen exposiciones o nuevas muestras. Por ahora está enfocado en desarrollar nuevas técnicas y realizar un proceso introspectivo que le permita dar un giro a su arte. “Seguramente, la mayoría de las personas no ven la diferencia entre un buen trabajo o uno malo que venga de mí porque se ven bastante similares, pero yo realmente lo noto”.

Skirl ha trabajado para grandes empresas, también ha realizado exhibiciones en varios países y ha participado en festivales de arte callejero en todos los continentes, a excepción de Sudamérica, “que es donde tengo pendiente ir”. Pero lo que más le gusta hacer es pintar por diversión en lugares abandonados, como galpones, antiguas fábricas y edificios viejos. “Me gusta ir a la naturaleza y trabajar sobre columnas, la superficie que más me gusta es el concreto”, añade.

Toda su historia artística está en Facebook y, aunque no se considera un artista “serio” en el estricto rigor de la palabra, sí cree que es una persona afortunada. “Soy una persona normal, muy afortunada al encontrar esta técnica y la manera de acercarme al lugar donde estoy ahora. Ahora que comienzo a tener éxito estoy muy agradecido”.

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