El Ártico tiene una manera mágica y única de tocar tus sentidos. Viajar allá es experimentar y comprender su indescriptible inmensidad a través del infinito silencio que lo envuelve. Es sentir la naturaleza implacable en su estado más puro.

La suave luz del sol de medianoche se mueve de forma juguetona sobre el hielo de esta tierra helada. El silencio sobrecogedor solo se ve interrumpido por el soplo de una ballena cercana, la presencia sublime de un oso polar o por el crujir del hielo cuando los glaciares rompen, los mismos que se derriten a un ritmo alarmante, una de las principales razones para embarcarme en este proyecto.
El Ártico desempeña un papel fundamental en el equilibrio ambiental global. Su importancia se extiende desde la regulación del clima hasta la conservación de la biodiversidad y la protección de las comunidades costeras. La banquisa o hielo marino actúa como un espejo natural; refleja la radiación solar de regreso al espacio, y así ayuda a mantener fresca la temperatura de la Tierra. Su pérdida acelerada ha llevado a un aumento en la absorción de calor en la región.
El ecosistema ártico sustenta los ciclos de vida de millones de especies de mamíferos, peces, aves, crustáceos y plancton que migra por el mundo, proporcionando alimento a millones de personas. Es el hábitat de especies emblemáticas, como el oso polar que depende del hielo marino para sobrevivir. La disminución de esta especie desencadena un efecto dominó en la cadena alimenticia y afecta a otros animales y ecosistemas.
El derretimiento acelerado de la capa de hielo hace que aumente el nivel del mar, lo que representa una amenaza para las comunidades costeras en todo el mundo.
Además de los efectos del cambio climático, el Ártico enfrenta otras amenazas. La actividad humana, como la explotación de recursos naturales y la navegación marítima en aguas árticas despejadas de hielo, plantea riesgos ambientales significativos. Los derrames de petróleo, la contaminación y la sobreexplotación pesquera pueden tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas frágiles del Ártico y su biodiversidad.
En este contexto es responsabilidad de la comunidad internacional tomar medidas concretas para preservar y proteger este ecosistema único y frágil, no solo por su propia importancia, sino por el impacto general en el equilibrio del resto del planeta.