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Esperando a los tres Reyes Magos de Oriente

Ni eran tres, ni eran magos ni eran de Oriente. Pero la tradición convierte cada año la noche del 5 de enero en una fiesta mágica para los niños españoles.

Tras dejar en el salón leche y galletas para Melchor, Gaspar y Baltasar, los pequeños se acuestan, por una vez dóciles y sin rechistar, con la ilusión de encontrar al día siguiente los regalos que Sus Majestades depositan sigilosamente en algún rincón del hogar. Al que ha sido malo, los reyes le dejan carbón…

Pero hasta los más traviesos ven sus sueños convertirse en realidad: no ha nacido aún un rey mago que renuncie a la ilusión de regresar por unas horas a la infancia con los preparativos y la puesta en escena de la noche más esperada del año.

Amanece el 6 de enero y, junto a los presentes, los vasos vacíos con restos de líquido blanco, unas migas en el plato o incluso huellas en los pasillos convencen a los más incrédulos de que sus tres majestades estuvieron allí. La ilusión de ese despertar será para siempre uno de los recuerdos imborrables de la niñez.

Tres reyes, tres regalos: oro, incienso y mirra

Mateo es el único de los cuatro evangelistas que habla en sus textos de los Reyes Magos, aunque nada dice de sus nombres, ni de cuántos eran, ni de su aspecto o procedencia. Distintas tradiciones hablan de dos, tres, cuatro y hasta 12 reyes.  Pero es San León en el siglo V quien establece que fueron tres, según las voces expertas en referencia simbólica a las tres edades del hombre, a la Santísima Trinidad, a los tres continentes entonces conocidos o a los tres presentes (oro, incienso y mirra) que los monarcas llevaron al recién nacido en Belén.

Según algunos evangelios apócrifos, estos tres hombres venían de Persia. La Biblia se refiere a ellos como “unos magos”, que en la época podían ser sabios o incluso astrólogos expertos en la observación e interpretación del cielo. Esto último es lo más aceptado hoy, puesto que los tres Reyes Magos seguían en su viaje la luz de una estrella, que hoy se piensa que fue un cometa.

Artabán, el cuarto rey mago

El escritor norteamericano Henry Van Dyke escribió en 1896 el relato ‘El cuarto rey mago’, de nombre Artabán, que partió más tarde para encontrarse con sus homólogos en el zigurat de Borsippa, en la antigua Mesopotamia. Pero perdió el rastro de la estrella porque la Luna se interpuso entre la Tierra y el cometa, ocultando su luz.

Las vicisitudes del viaje le impidieron llegar a tiempo para entregar al Mesías una perla, un rubí y un zafiro. Sí fue testigo de la matanza de Herodes y encarcelado más de 30 años por intentar salvar a un niño. Liberado poco antes de la crucifixión de Jesús, Artabán protagoniza en el relato de Van Dyke nuevas andanzas para deleite de los amantes de las buenas historias.

¡A la Cabalgata!

Nadie les descubre in fraganti, aunque toda España los ve llegar. En las horas previas, cada barrio, cada pueblo, cada municipio y cada ciudad se engalanan para recibir a los más ilustres viajeros que jamás tuvo una tradición. Porque cada 5 de enero, la Cabalgata de Reyes, que no es una sino cientos por toda España, se convierte en la primera gran fiesta del año, con carrozas, comparsas y todo tipo de personajes de cuento y ensueño desfilando por las principales calles y avenidas del país ante niños y adultos ojipláticos que combaten el frío invernal con abrigos, gorros y guantes y henchidos de emoción.

Tal es la magnitud de la fiesta, que las televisiones autonómicas emiten en directo el evento, noticia destacada en los informativos y páginas locales de todos los medios de comunicación. Para el mundo entero lo emite el canal internacional de TVE.

Tres curiosidades entre mil

¿Cómo consiguen Melchor, Gaspar y Baltasar repartir tantos regalos en una sola noche sin desfallecer ni pestañear? Esta campaña de 2018 desvelaba “el secreto” mejor guardado de la Navidad:

Entre turrones, polvorones y mazapanes, no podía faltar un dulce de sangre azul para disfrute del pueblo: el Roscón de Reyes. Antiguamente estaba reservado para tan señalada fecha y los días previos, pero hoy se consume ya durante toda la época navideña (con o sin relleno de nata o crema es un debate tan ibérico como el de la tortilla con o sin cebolla; hay para todos los gustos).

Y como testimonio de lo diferente que puede ser una tradición para niños y mayores, merece la pena recordar este experimento social que hizo el late show español de Antena 3 El Hormiguero en la Navidad 2021-2022: ¿Qué le has pedido tú a los Reyes Magos? 

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