Una extraordinaria diversidad de plantas encuentra cobijo entre los muros de antiguos castillos y en exóticos parques naturales.
Escocia es conocida por la belleza de su naturaleza salvaje, pero también por sus jardines de ensueño entre castillos, lagos y montañas.
Según la red de jardinería y horticultura Discover Scottish Gardens, desde el extremo norte hasta las fronteras escocesas en el sur, hay más de cuatrocientos jardines, bosques y viveros con exhibiciones de temporada, excursiones y eventos para los visitantes.
Estos tres ejemplos demuestran que hay mucho por descubrir en ese universo natural.
Jardín botánico Benmore

Una impresionante avenida de secuoyas da la bienvenida al jardín, ubicado en la ladera de una montaña, a la entrada del Parque Nacional del lago Lomond y los Trossachs. Sus 49 hectáreas albergan una vasta colección de plantas de Asia, principalmente del Himalaya, y de América del Norte y del Sur.
Las gigantescas secuoyas de más de cincuenta metros de altura (nativas de California) tienen casi 160 años y están entre las más antiguas introducidas en Europa. También se destacan más de trescientas especies de floridos rododendros de color rojo, rosa y blanco, originarios del Lejano Oriente, así como abetos, pinos silvestres y araucarias.
Real jardín botánico de Edimburgo

Visita obligada en la capital escocesa con vistas espectaculares al castillo de Edimburgo es este jardín botánico. Se remonta al siglo XVII y su colección es una de las más completas del mundo. En sus veintiocho hectáreas hay más de 3500 árboles, 5000 mil plantas de regiones montañosas y otras 1600 oriundas de China.
En primavera la magnolia japonesa (Magnolia kobus) invade el jardín son su perfume y en verano refulgen las amapolas azules del Himalaya (Meconopsis Slieve Donard), mientras en otoño las flores del azafrán silvestre (Colchicum autumnale) hacen una breve pero exuberante aparición, y en invierno es el turno de los brillantes tallos rojos de la especie Cornus stolonifera ‘Flaviramea’.
Jardín amurallado del Castillo de Gordon

Además de su valor estético, este jardín, en el extremo occidental del pueblo de Fochabers, es un espacio productivo de frutas, verduras, hierbas y flores.
Con algo más de tres hectáreas, es uno de los huertos más antiguos (siglo XVII) y extensos de Gran Bretaña, y fue restaurado hace una década por el reconocido paisajista Arne Maynard.
Cuenta con 250 árboles frutales maduros y otros cuatrocientos que cumplen funciones ornamentales o sirven de espaldera, así como con parterres con más de sesenta variedades de flores como tres mil bulbos de tulipanes que cada año anuncian el comienzo de la primavera.
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