
Santiago Páez
Cactus Pink, 2021
“En luna y su fulgor/ el Martillo y el Pantera/ arrastrados por la fiera/ voluntad que da el horror/ y también por el amor/ taimado que se tuvieron/ las propias carnes se abrieron…”. De manera bien lograda, Santiago Páez narra los encuentros y desencuentros de dos viejos boxeadores que, en sórdidos escenarios, se buscan para pelear el último round. No es un simple encuentro de box; el reto entraña venganza, rencor, silencios resentidos.
Con el trasfondo de la ciudad, sus plazas, parques, calles y paradas de buses —todo lleno siempre de procacidad e impudicia—, los pugilistas aparecen, se esquivan, se esfuman, mientras la urbe rezuma oscuridad y humareda, historias de muerte y locura.
Jacinto, el Martillo y Fermín, el Pantera, cada uno con su propia leyenda. El primero carga una relación de amor retorcido y neurótico que, a la vez, es puro y sacrificado. El segundo, convertido en pastor, quiere ocultar su lascivia entre las páginas del libro sagrado. En el camino aparece Doménico Calvachi, un periodista alcohólico y desempleado que decide seguir a los exboxeadores para escribir el reportaje que lo salvará de la miseria.
Episodios inauditos se suceden, pero siempre que están a punto de decidir el mortal combate, acontece algo que los saca de sus intenciones: convertirse en salvadores de humanos accidentados o ser víctimas de los azotes despiadados del clima. El final es inesperado. Los pugilistas casi no aparecen y el epílogo realza la presencia del viejo periodista, ofertando la historia de los hombres del ring, junto a una vendedora de sahumerio y palosanto. Un final envuelto en el humo de la ciudad traicionera y en las ruinas de las gentes.