
Sex and the City no es la única que marcó un hito fashionista, pues otra serie siguió sus pasos y sobresalió con un vestuario de primera.
El entusiasmo que generó Sex and the City como ícono de la moda, principalmente con el estilo extravagante y elegante que lució en las calles de Nueva York el personaje de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), se repitió con la actriz Lily Collins en Emily en París.
Darren Star es el creador de las dos series que también tuvieron la misma diseñadora de vestuario, Patricia Field, ganadora del Emmy reconocida por su trabajo en cine y televisión.
Collins interpreta a una joven ejecutiva estadounidense que por razones profesionales viaja a la capital francesa. Su estilo, con looks de estampados, colores vivos, sombreros y boinas, así como el de otras protagonistas como Ashley Park y Camille Razat, sobresalieron en la serie de Netflix.
Ropa, zapatos y accesorios de casas famosas como Chanel, Versace, Dior, Balmain, Louboutin y Vivienne Westwood, entre otras, se robaron las miradas en las dos primeras temporadas de la serie y seguramente captarán interés en las dos próximas (están confirmadas tercera y cuarta).
Pero no todo provino de piezas de la alta costura, pues estas se combinaron con otras de jóvenes diseñadores, de diseño atractivo o de marcas comerciales de amplio alcance, señaló Field.
Marylin Fitoussi, quien se encargó del vestuario, junto a Field, explicó que se inclina por “reciclar y reutilizar”. “Me encantan las tiendas de segunda mano; soy amiga de casi todos los dueños de tiendas ‘vintage’ de París. Me llaman cuando tienen prendas únicas o muy especiales, cualquier cosa que un simple mortal no se atrevería a ponerse”, explicó en una entrevista divulgada por Netflix.
Emily impactó a My Beachy Side, una firma de moda turca que apoya emprendimientos de mujeres, que creó una colección playera tejida a mano que lleva el nombre de la serie y evoca el espíritu veraniego del sur de Francia.