Hay infinitas formas para demostrar afectos, no necesariamente de la manera tradicional: obsequiar flores o joyas. Uno de los mayores intangibles es el amor y, aunque le añadieron amistad al 14 de febrero (Día de San Valentín), la conmemoración trae implícita un regalo.
Todos los años el dilema de qué regalar para demostrar sentimientos. Una buena idea, tangible, un buen libro.
Una de las mayores novelas de este género la escribió el creador del realismo mágico: Gabriel García Márquez. Algunos decían que después de Cien años de soledad sería imposible que el escritor colombiano escriba otra novela que se le parezca o que la supere.
En 1985 publicó El amor en los tiempos del cólera, una novela “consagrada a los amores contrariados”; para lograrlo García Márquez entrevistó a sus padres, pero “ante una serie de contradicciones decidió hacerlo por separado”, según relata el editor adjunto de esta Revista, Juan Fernando Andrade.
Acerca del amor se han escrito libros, novelas, dramas, obras de teatro, películas memorables, que continúan vigentes. Mundo Diners pidió sugerencias a escritores, periodistas y articulistas.
Damián de la Torre, periodista, recomienda leer a Tolstói, Marguerite Duras, Neruda, Alfonsina Storni:

Anna Karénina, de León Tolstói. No sólo se trata de una crítica a la aristocracia rusa, sino que en las páginas de esta novela se devela la lucha por el amor, como también el enfrentarse a las convenciones sociales. Una de las más notables herederas de la tragedia shakesperiana.
La espada encendida, de Pablo Neruda. El poeta chileno es mucho más que Cien sonetos de amor o su visión edulcorada juvenil de Veinte poemas de amor. En esta obra madura sus personajes Rhodo y Rasía construyen una visión optimista del mundo, donde el amor se construye gracias a la expulsión del paraíso.
El amante, de Marguerite Duras. En la actualidad, esta historia de amor sería penada, sin olvidar que en el momento que la vivió la autora ya era ilícita. Se trata de una turbulenta relación entre una colegiala y un chino acaudalado, quien no tendrá el valor de seguir a su corazón por el peso de las tradiciones.
Poemas de amor, de Alfonsina Storni. Este libro no es solo voz, es también cuerpo femenino. Al igual que el amor, la poeta irrumpe en forma y contenido para construir un discurso erótico. Se trata de entender a la pasión como un reencuentro con la vida misma y que las metáforas no se ahogan en el mar.
Escritor de ensayos y de crónicas, Miguel Molina Días recomienda La mujer justa, de Sandor Marai. Anota que “es una de las novelas de amor más profundas, porque narra de principio a fin la estructura de esa experiencia humana que consiste en que una persona transforme la vida de la otra, aunque al final del día, como siempre, el amor no es suficiente frente a las distancias que se imponen, ya sea por el contexto histórico como por la propia oscuridad del ser humano”.

Anota Molina que un autor clave para indagar en el amor, incluso en brutales contextos históricos, es Milan Kundera, particularmente en sus novelas La insoportable levedad del ser y El libro de la risa y el olvido. También sugiere Sanguínea, de Gabriela Ponce Padilla, porque reflexiona sobre la memoria del cuerpo femenino “en el contexto del fin de una relación amorosa”.
Daniela Alcívar Bellolio, periodista y columnista de Mundo Diners sugiere:
La belleza del marido, de Anne Carson. Todo amor es un amor perdido, incluso cuando aún está por empezar. Carson piensa en el poema cómo volver a la belleza dolorosa de lo que ya no es, lo que quizás nunca fue.
Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes. Que el amor es una relación que debiera ser recíproca, responsable, equitativa, es un mito que ignora que el amante inventa a su amado, lo convierte en imagen para no poder nunca alcanzarlo.
Coincide con De la Torre en que una obra apropiada para hablar de amor es El amante, de Marguerite Duras, y explica que “todo amor es amor a primera y última vista”, aunque dure años y pretenda erigirse en relación.
También columnista de Mundo Diners, Ana Cristina Franco comienza con Los Diarios de Anaïs Nin. Anaïs Nin era una espía de las relaciones humanas, buscaba experiencias extremas para intentar nombrarlas. Todo lo que escribe está plagado de erotismo, esa forma misteriosa del amor. En sus diarios confunde sexo, amor y literatura en un solo lenguaje animal.
Bonsai, de Alejandro Zambra. Una gran historia de amor mínima. Aunque hay sexo muerte y lágrimas, nada es grandilocuente en Bonsai, sino cotidiano, contemporáneo, es decir, da la sensación de que le pudo pasar a una, es más, parecería que se ha vivido ya esa historia en alguna etapa de la existencia pero que no se han encontrado las palabras para describirla. No es el amor lo que atrapa, sino la música que escuchan los personajes, los libros que leen pero, pensándolo mejor, eso también es el amor, todo lo que envuelve a dos (o más, quién sabe) personas, en un determinado momento.

Laura y Julio, de Juan José Millás. Con esta novela sencilla y que casi ha pasado desapercibida (que yo encontré en un dólar en un local de libros usados), Millás pone en tela de duda los roles amatorios, presentando un triángulo en el que tenemos la sensación de entender las contradicciones del deseo.
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Murakami. Lo que amo de esta novela es que, en una de sus realidades, los personajes no se hablan, no se entienden, solo callan. Pero en otra de sus realidades o capas (porque esta novela tiene miles de capas) ellos se conocen profundamente, saben de los miedos y los deseos del otro. Una gran historia de amor metafísica.
La escritora Sandra Araya sugiere dos libros de amor o desamor, que es lo mismo según afirma:
La última niebla, de María Luisa Bombal. Narra la historia de una mujer casada con el desamor, que debe, entonces, buscar a su amante en las profundidades de la niebla.
Fuegos, de Marguerite Yourcenar. Un compendio de relatos escrito a raíz de una separación amorosa en la vida de la autora. Cada relato, que retoma motivos amorosos de la mitología clásica, está precedido por pensamientos furiosos, enamorados y dolientes de la autora.