La dualidad es la marca de este artista catalán que en cada uno de sus cuadros pinta dos universos diferentes que pueden observarse solo cambiando de perspectiva.

Dos retratos en un solo cuadro. El uno, una mujer joven de ojos claros y melena rubia; el otro, la misma mujer en su versión futura, con pelo cano y arrugas en su rostro. Para ver a la una, el espectador debe colocarse a 45 grados del cuadro en el lado izquierdo, y para ver a la otra, a 45 grados en el lado derecho. Para apreciar el arte de Sergi Cadenas hay que cambiar de perspectiva.
Esta curiosa técnica, de difícil y minuciosa ejecución, ha sido desarrollada por este artista catalán, que pinta imágenes tridimensionales al óleo que se transforman a medida que cambia la mirada del observador, añadiendo una dimensión cinética y una inquietante sugerencia sobre la visión de la realidad.
Cadenas, nacido en 1972 en Girona (España), empezó a trabajar en esta técnica hace poco más de diez años de forma autodidacta. “Cuando tuve la idea, en 2009, estaba comiéndome un pastel, de la forma más tonta. De ahí me puse a trabajar en mi primera creación, eran tres cuadros en uno”, relató al portal www.uppers.es. A partir de ese momento evolucionó en su desarrollo artístico y, actualmente, en lugar de pintar tres cuadros en uno pinta dos.
¿Cuál es su método? Con una manga pastelera coloca sobre los lienzos finas líneas verticales de pasta de pintura que, una vez seca, pinta dos retratos diferentes en cada uno de los dos lados de las casi doscientas líneas que conforman cada pintura. De esta manera le da el efecto tridimensional. Utiliza pinceles de entre dos y cuatro milímetros para el minucioso trabajo y le toma alrededor de un mes completar un cuadro.
Además de la forma, en sus creaciones hay un interés por lo asociativo, por los opuestos y el paso del tiempo. Por ejemplo, muchas de ellas muestran la transición de la juventud a la adultez o a la vejez; otras, en cambio, la diversidad de emociones (de la felicidad a la ira o de la euforia a la angustia). Uno de sus cuadros más conocidos es “Belleza versus Inteligencia”, con el rostro de Marilyn Monroe en un lado y el de Albert Einstein en el otro.
“Suelo recurrir a retratos, es una de mis pasiones desde que era joven. En cuanto a la temática, me gusta mezclar contraposiciones”, afirma Cadenas.
Otro dato curioso es que no elige los nombres de sus obras, sino que deja que las galerías lo hagan. Es considerado uno de los artistas de arte óptico de referencia mundial y algunas de sus obras descansan en el museo suizo Porrentruy Optical Art (POPA), donde exponen las principales figuras de esta corriente artística, o son parte de colecciones privadas de todo el mundo.
Sergi relata que su expansión artística llegó a partir de los cuarenta años, cuando empezó a desarrollar la técnica que hoy lo ha llevado a la fama. “Es el momento ideal, tengo tranquilidad en todos los aspectos de mi vida. La madurez me ha dado equilibrio, me va bien, mis hijas ya son mayores y me puedo dedicar a lo que realmente me gusta. Antes, ser artista era una locura, ahora creo en mí y apuesto por el arte”, dice.
Pero hay otras particularidades, y es que el catalán combina su pasión por los lienzos con su amor por la herrería, un oficio que aprendió desde siempre y ejerce al frente del negocio familiar Hierros de Arte Cadenas, una empresa catalana con casi dos siglos de historia. Fiel a la historia de la familia, Sergi es un acreditado maestro artesano especializado en la técnica de la forja.
Su obra no deja indiferente a nadie y en los últimos años consiguió un gran número de reconocimientos como el Premio de Pintura Internacional Tossa de Mar (2008) y el Premio de Pintura Rápida de Inglés (2007 y 2008). También ha realizado exposiciones individuales y colectivas, entre las que se destacan una muestra en la galería Punto de Arte de Girona, en 2008, y ser seleccionado para exhibiciones de la Diputación de esa localidad, en 2011 y 2012.
Entre sus principales obras están “Ojos azules”, “Método Stanislavski”, “Descarada”, “Sentiments”, “Children, “Al otro lado del espejo” y “Noia/Àvia”. El pintor al momento está centrado en retratos de gran formato y toma como modelo tanto rostros célebres como de personas de su entorno. (Ángela Meléndez)