El activismo de Cas Holman es diseñar juguetes

Sus creaciones son abstractas y buscan desarrollar la creatividad y el juego colaborativo.

La diseñadora estadounidense Cas Holman está segura de que jugar puede cambiar el mundo, una actividad tan importante como comer, dormir o respirar, pues “los buenos juguetes hacen buenas personas”. En su trabajo (https://casholman.com) reconoce el valor de la alegría y sobre todo del juego libre, que no tiene que buscar un resultado sino ser intuitivo.

Por eso, sus creaciones no responden a los cánones tradicionales: son más bien abstractas. “Cuando diseño juguetes, quiero que los niños creen con su imaginación en vez de seguir instrucciones”, dice Holman en un documental que expone su trabajo y que se puede ver en Netflix. Allí explica que “diseña para jugar”, que no es lo mismo que solamente hacer juguetes.

Su curiosidad por el juego —como se intuye— nació desde su propia experiencia, pues no entendía por qué los niños debían aprender y desarrollarse encerrados en aulas cuando podían hacerlo experimentando en el exterior. “De niña aprendí que nuestros ambientes construidos eran lugares que imponían jerarquías y estructuras de poder que no eran amigables con todos, especialmente con los niños”, cuenta la artista.

Asimismo, cuando empezó con sus diseños veía que los juguetes estaban hechos para mantener ocupados a los infantes o para vender, pero no estaban diseñados tomando en cuenta el valor de la creatividad. Entonces, decidió que construiría objetos con partes y piezas manipulables que inspiraran juegos constructivos, formas imaginativas e interacciones cooperativas y que además no tuvieran un género específico.

Su primera creación estuvo inspirada en una medusa ósea. Geemo tiene extremidades magnéticas y flexibles que se agarran y repelen entre sí de formas impredecibles. Es un juguete que tiene tres puntas con un centro desalineado y sus piezas se unen con imanes. Los extremos magnéticos se usaron para convertirlo en un juguete altamente creativo. Su color blanco también tiene una razón de ser, y es que Holman está convencida de que los niños son sofisticados y lo suficientemente inteligentes como para saber que el color no define al juguete, sino la experiencia que tienen con él.

Geemo se lanzó en la tienda de diseño del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York en 2006 y fue todo un éxito. Desde entonces, ha ganado numerosos premios y se ha mostrado en ferias de diseño y juguetes en Moscú, Seúl, Hamburgo y Arabia Saudita. Actualmente, se produce en una pequeña fábrica en Tokio y se distribuye al mundo.

En 2006 también lanzó su compañía Heroes Will Rise cuyo lema es: “Lo fácil es aburrido”, entendiendo lo fácil como lo que no implica tener que pensar. Holman cree que si la vida es predecible, las personas se vuelven zombis, por eso su idea al diseñar es que los niños “tengan que prestar atención y ser conscientes de su relación con el objeto para seguir desarrollando su pensamiento”.

Con esa misma intención nació en 2011 otra de sus grandes creaciones: el Rigamajig, que es un kit de construcción a gran escala para el juego y el aprendizaje libre y práctico, pero puede ser muchas cosas a la vez. Tiene piezas, tablones, tornillos, escuadras, cuerdas, ganchos, poleas… y el objetivo al diseñarlo era que los niños construyan sin dominar una herramienta, sino con sus manos y que fuera intuitivo.

Al inicio, por su tamaño y complejidad, era difícil que encaje en la industria porque no había nada parecido. Con el paso de los años, el Rigamajig se abrió camino en cientos de escuelas, patios de recreo, museos para niños y patios traseros. El diseño está evolucionando y sigue expandiéndose.

Holman afirma que si bien el juego puede subestimarse y verse como una cosa frívola que hacen los niños, hay que entender que para ellos es su mundo, y es por eso que el juego libre, donde no hay respuestas correctas o incorrectas, les da la sensación de que pueden hacer algo por ellos mismos.

“Si podemos darles las herramientas para ganar confianza, para entender cómo ser creativos, empáticos, gente buena… creo fervientemente que harán un mejor futuro para todos nosotros”, añade la diseñadora que actualmente es profesora a tiempo completo en la Rhode Island School of Design (RISD), en el departamento de Diseño Industrial.

Su taller Hope, ubicado también en Rhode Island (Estados Unidos), está situado en un campamento de verano para jubilados, lleno de juguetes, dibujos y prototipos de estructuras. Cas está fuera de los convencionalismos profesionales, es como una niña, jugar le hace feliz y le emociona tanto que todo lo que diseña es divertido. (Ángela Meléndez)

Cas Holman (1974) es conocida por diseñar juguetes que enfatizan la creatividad a través del juego no estructurado.


Edición 464-Enero 2021

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