El Ecuador lleva a Catar una selección capaz de todo

EDICIÓN 486

La selección de fútbol del Ecuador ha mutado en cada Mundial al que ha ido. Ese equipo de Corea/Japón 2002 y este, que va a Catar, tienen en común que se ven como una familia y por eso no hay quién les gane.

Selección de Ecuador.
Fotografía: Cortesía Federación Ecuatoriana de Fútbol.

Hasta el argentino Lionel Messi dice contar los días que restan para la apertura del Mundial de Catar 2022, como lo hace cualquier aficionado. Su ansiedad es la misma que sienten los millones de habitantes del planeta fútbol.

El Ecuador retorna a ese megaevento luego de ocho años, con el plantel que dirige el profesor Gustavo Alfaro y sus jugadores a quienes bautizó como los “cazadores de utopías imposibles”. De ellos, una veintena no vio jugar a los históricos en Corea/Japón 2002, donde comenzó para el país esta historia mundialista.

Será la cuarta selección tricolor que atrape la atención del país. Sí, del país, porque desde la primera participación, la pelota no se quedó solo en el estadio: afincó un nexo de selección-nacionalismo; de vestir con orgullo de amarillo no solo en los estadios. De confirmar que “Sí se puede” dejar atrás las historias de fracaso y de abrirse al mundo.

La esencia de cada grupo de jugadores mundialistas del Ecuador ha sido diferente, así como su impacto en la sociedad ecuatoriana. Desde el punto de vista deportivo, ha evolucionado, pues como dice el entrenador Luis Fernando Suárez: “Ecuador ya tiene su tercera generación mundialista”.

Con el sociólogo y periodista Gustavo Abad y con el entrenador de fútbol Joaquín López, por muchos años asistente técnico del exseleccionador Dusan Dráskovic, hablamos de esas improntas de las selecciones del Ecuador.

Corea/Japón 2002 con Bolillo Gómez fuimos a aprender

Corea/Japón 2002 con Bolillo Gómez fuimos a aprender

“La selección tuvo un quiebre deportivo y cultural cuyo antecedente principal es la llegada de Dusan Dráskovic al Ecuador. Venía de una sociedad fragmentada por la división de la antigua Yugoslavia. Entendió que en el país hay una diversidad cultural que tiene que jugar para el mismo lado”, dice Abad.

En los años noventa Dráskovic empezó a organizar el fútbol ecuatoriano desde su posición de seleccionador nacional. Recorrió el país y captó a varios talentos. Sistematizó categorías formativas y, sobre todo, tuvo la sensibilidad para conocer la diversidad cultural y étnica que existía en el país. Enseñó a los jugadores a convivir sin conflictos.

El profesor Francisco Maturana llegó para el proceso rumbo al Mundial de Francia 1998, y luego fue Hernán Darío Gómez quien tomó a su cargo el liderazgo de la nueva selección.

Habló de regionalismo para borrarlo de la selección y del país. Ya no se discutía si los jugadores venían de Quito o de Guayaquil, ni si había que convocar a los afroecuatorianos de Esmeraldas o del valle del Chota. Bolillo escogió la palabra familia para definir a su selección.

En lo deportivo los históricos dieron el esperado salto de calidad. Se hicieron fuertes de local: llegó la primera victoria sobre Brasil, 1-0 en Quito. Durante cuarenta años al pentacampeón del mundo no se le había podido ganar.

En ese proceso mundialista sumó once puntos de visita: ganó a Bolivia, Venezuela y Perú, y empató con Colombia en Bogotá y con Chile en Santiago.

En el inicio de las eliminatorias el Ecuador tenía dos futbolistas en el extranjero: Álex Aguinaga y Agustín Delgado. Después del Mundial, seis futbolistas más se convirtieron en legionarios: Ulises de la Cruz, Iván Hurtado, Cléber Chalá, Édison Méndez, Carlos Tenorio e Iván Kaviedes.

En Corea/Japón 2002 la Tricolor perdió 2-0 con Italia, 2-1 con México y ganó 1-0 a Croacia. Agustín Delgado marcó el gol contra los mexicanos y Édison Méndez en la victoria que marcó la despedida.
“La Selección de 2002 tenía juventud, pero carecía de experiencia internacional. Tenía la agilidad de Méndez y la contundencia del Tin Delgado e Iván Kaviedes”, dice Joaquín López.

“Bolillo dijo que íbamos a aprender y jugó con un planteamiento muy defensivo, quería evitar las goleadas”, añade.

Esa victoria final sobre Croacia le permitió al Ecuador terminar en la posición 24 entre 32 selecciones participantes. Superó a Francia —campeón del mundo de 1998— que también fue eliminada en la primera ronda.

Alemania 2006 un plantel más maduro atrevido

Alemania 2006 un plantel más maduro y atrevido.

“Para este segundo Mundial, el Ecuador tuvo a una selección más cosmopolita. Con la llegada de jugadores ecuatorianos a Europa, el mundo se volvió más familiar. Hubo un cambio en la forma de pensar”, afirma Gustavo Abad.

Y recuerda a jugadores como Ulises de la Cruz, Iván Hurtado y Carlos Tenorio atendiendo las entrevistas de los periodistas internacionales, hablando en inglés.

Esa selección que dirigió Luis Fernando Suárez tuvo transformaciones para lograr objetivos. Varios históricos quedaron fuera durante el proceso: Álex Aguinaga, José Francisco Cevallos y Alfonso Obregón.

Llegaron otros como Paúl Ambrossi para solucionar el problema de marca por la banda izquierda y debutó el juvenil Antonio Valencia.

Durante las eliminatorias, el Ecuador volvió a ganar en casa a Brasil 1-0 y esta vez también superó a Argentina 2-0.

“Ecuador tenía una selección mucho más rápida, potente y explosiva. Con jugadores que le brindaban dinámica con Antonio Valencia y Édison Méndez, y con delanteros muy fuertes como eran el Tin y Carlos Tenorio. Había un poder físico”, puntualiza Joaquín López.

En el Mundial el Ecuador venció 2-0 a Polonia y 3-0 a Costa Rica. Cayó 3-0 ante Alemania en un partido en el que el seleccionador fue cuestionado porque guardó a jugadores como el Tin Delgado para el cotejo de octavos de final.

En ese cuarto partido en el Mundial el Ecuador incomodó a Inglaterra, selección que no encontró argumentos colectivos para someter a la Tricolor. Una genialidad de David Beckham cambió la historia. El 1-0 duele hasta hoy porque, en una jugada previa, Carlos Tenorio pudo haber definido el partido.
A los ocho legionarios que iniciaron este proceso se unieron otros como los debutantes Antonio Valencia, Franklin Salas y Cristian Benítez.

Brasil 2014 el regreso sin un camerino unido

Brasil 2014 el regreso sin un camerino unido

La Tricolor estuvo ausente del Mundial Sudáfrica 2010. La Federación Ecuatoriana de Fútbol acudió a la misma escuela colombiana para las eliminatorias a Brasil 2014 y para ello contrató a Reinaldo Rueda.
“Si bien clasificó al Mundial, con un grupo de jugadores con mayor madurez deportiva, hubo un declive en lo deportivo”, apunta Gustavo Abad.

Joaquín López menciona dos elementos que afectaron la participación mundialista: “Hubo un camerino quebrado. Conflictos internos entre jugadores que se visibilizaron en la cancha”.
A ese grupo, que no fue familia, como en esa primera selección mundialista, López añade otro hecho que perjudicó el funcionamiento del equipo: “La lesión de Segundo Castillo. Sin él, la Selección perdió su estructura”.

El 5, en el fútbol actual, es el eje de un equipo. Quien pone orden y equilibrio. Quien recupera el balón y es el primero en iniciar las jugadas ofensivas.

En Brasil 2014 “nada salió bien”, puntualizó Antonio Valencia, quien fue el capitán de ese equipo. El Ecuador perdió en el debut 2-1 ante Suiza, ganó 2-0 a Honduras y empató 0-0 con Francia.
No llegar al cuarto partido, como lo hizo la selección de Luis Fernando Suárez, dejó una sensación de no haber cumplido metas.

La lista de legionarios siguió creciendo. Cristian Noboa se instaló en el fútbol de Rusia; Felipe Caicedo en Bélgica; Jefferson Montero jugó en Inglaterra y México. Al fútbol mexicano también llegaron Joao Rojas, Cristian Benítez, Segundo Alejandro Castillo (tras un paso por Serbia e Inglaterra) y el mismo Énner Valencia.

Un punto a destacar es el premio al Jugador del Partido que recibió Alexander Domínguez, después del 0-0 con Francia. Paró los remates de Griezmann, Benzema, Rémy, Giroud y Pogba, parte del seleccionado galo que cuatro años después se coronó campeón del mundo en Rusia 2018.

Catar 2022 la selección de la alegre inconciencia

Catar 2022 la selección de la alegre inconsciencia.

Entiéndase inconciencia como sinónimo de abstracción, de sin mirar el pasado. “El entrenador Gustavo Alfaro apostó por este grupo de jóvenes que se sienten capaces de todo. Este grupo no tiene la carga pesada de las derrotas de décadas pasadas cuando las selecciones recibían goleadas de 5-0 o 6-0”, explica Gustavo Abad.

Desde esa perspectiva, esta generación es la del “chip ganador”, que en los últimos veinte años han celebrado cuatro clasificaciones mundialistas.

Este grupo de jugadores son más futbolistas del mundo. Son más veces rivales de Mohamed Salah, la estrella del Liverpool en la Premier League, o de Cristiano Ronaldo, también en Inglaterra. Lionel Messi ya no es el jugador al que miran por televisión y sí es posible parar los avances de Thomas Muller en Alemania.

“Moisés Caicedo y Pervis Estupiñán, por ejemplo, fueron a Chile y, con esa alegre inconsciencia, anotaron los dos goles que permitieron al Ecuador ganar y estar en el Mundial. Ellos no vivieron con las mochilas pesadas de las otroras goleadas. Simplemente fueron a ganar”, añade Abad.

Esta selección fue sumando hinchas, porque al principio pocos eran los que creían en la clasificación.
La idea de llegar a Catar se afianzó con el pasar de las fechas aunque, en la primera ronda, las goleadas a Colombia (6-1) y a Uruguay (4-2) ya encendieron la ilusión.

En casa no hubo triunfos sobre Brasil y Argentina pero tampoco derrotas. Y de visita, el Ecuador logró la clasificación porque sumó puntos y restó posibilidades a sus rivales directos: empató 0-0 con Colombia y derrotó 2-0 a Chile.

Legionarios en la selección: casi todos. Solo los cinco arqueros que estuvieron en el proceso juegan en el fútbol nacional. El resto en México, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Bélgica, Países Bajos y Argentina. Sus derechos deportivos se han elevado a los treinta millones de dólares o tal vez supere los cincuenta, con Hincapié y Caicedo.

En lo deportivo “esta selección muestra los atributos del futbolista ecuatoriano: son rápidos, con personalidad, que toman decisiones y con mejor técnica, por los torneos nacionales que se realizan desde los doce años”, puntualiza Joaquín López.

Ecuador.
Alexander Domínguez fue galardonado durante el Mundial Brasil 2014.

Hay potencia y velocidad en los delanteros, y seguridad y certeza en la línea defensiva. “El profesor Alfaro hizo un cambio arriesgado, pero funciona muy bien. Sacó a Robert Arboleda y lo reemplazó con Piero Hincapié, un jugador de veinte años. Junto con Félix Torres es una defensa muy solvente”, añade López.

A ello hay que sumar, sin duda, el camerino unido. El seleccionador Gustavo Alfaro lo llama familia. Juntos irán a Catar en busca de otras utopías imposibles… no para ellos.

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