Dos más: Icaza y Zapata se confiesan

Por Adn Montalvo

Ilustraciones cortesía de los artistas 

ROGER YCAZA

Ubicando a Roger y definiendo a Ycaza. ¿Cómo te defines profesionalmente?

‪—Ilustrador y músico, tal cual. No puedo escoger un solo camino, los dos se unen y complementan. Si me falta uno, ya no soy yo. ‪Desde que tengo memoria, la música ha estado presente en mi vida tanto como el dibujo. En casa, mi padre se la pasaba pintando, tocando la guitarra y mi madre cantando, siempre estuve rodeado de esos dos elementos. Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que la una potencia a la otra. En cada proyecto puedo ver eso claramente.

Imagina que tienes la oportunidad de organizar la más completa galería de ilustración a nivel mundial.

—La lista es inmensa, pero no podrían faltar Uderzo, Quino, Mœbius, Quentin Blake, Maurice Sendak, Kveta Pacovska, Brad Holland, Dave McKean, Massimo Frezato, Pepo… y acá me estoy refiriendo solo a nombres “clásicos”, hay muchos artistas jóvenes que entrarían fácilmente en esa exposición. Mis influencias vienen de todo lado, no solo desde la literatura infantil, así que ahí caben muchos más. En diferentes etapas de mi vida estarían: Mœbius con Los ojos del gato, Maurice Sendak con Donde viven los monstruos, Uderzo con La cizaña, Quino con 10 años con Mafalda, Wolf Erlbruch con El pato y la muerte. ¿Ves? ¡Cómo pude olvidarme de Blacksad! ‪

Tu nuevo libro, en coautoría con María Fernanda Heredia, acaba de recibir el Premio A la orilla del viento. ¿Cómo armaron Los días raros?

‪—Han pasado más de dos años y medio desde que apareció la primera idea. Mis libros los trabajo de diferentes formas, desde una imagen o desde una frase, en este caso empezó con un pequeño texto que fue creciendo y creciendo. Tuvo muchas revisiones y cambios. En mis obras cuento con María Fernanda como consejera. Le mandé las primeras maquetas y vimos que había una historia potente, pero se caía por algunos lados. Un día me animé a invitarla a crecer esos ‘días raros’, y fue un ‪reto para ella también, era la primera vez que le dábamos la vuelta al asunto. Por lo general, viene primero su texto y luego mi aporte como ilustrador; esto se dio en sentido contrario. ‪Luego nos animamos a concursar y ganamos el premio en México. Días raros.

(Cuenta que el Fondo de Cultura Económica de México organiza anualmente A la orilla del viento, uno de los concursos más prestigiosos para autores de álbum ilustrado. Grandes ilustradores y escritores se dieron a conocer luego de ganar este premio. En la última edición, recibieron 513 obras de 19 países. No esta nada mal).

 

Tu motivación

‪El reto de hacer algo nuevo, diferente. Vivo de la ilustración pero no todo lo que hago me deja satisfecho, ya sabes cómo funciona eso. Entonces llega el momento de embarcarme en mis propios proyectos, esas ideas que están por ahí y tienes que dejar que maduren lo suficiente para que aparezcan. ‪Mis obras siempre son un reto a no repetirme, que es muy difícil pero se puede, y a no encasillarme.

            Ilustrador o dibujante, ¿hay alguna diferencia?

‪  —Se piensa que todos los dibujantes son ilustradores; claro, es porque la ilustración es relativamente nueva en nuestro país. ‪Un ilustrador es un comunicador visual, un buen lector, un contador de historias. No necesariamente debe ser un buen dibujante, su labor no va por ese lado, sus imágenes deben hacerte sentir, transmitir y no solo quedarse en el lado estético y habilidoso del asunto.

‪En el mercado de la ilustración, un dibujante puede ser alguien que haga una fiel copia de un cuadro famoso, o perspectivas inmensas de un nuevo centro comercial; en fin, alguien con una gran habilidad y destreza con el lápiz, que para nada está mal. Solamente hay que saber diferenciar quién es quién.

¿Cómo llegar a ser ilustrador?

‪—Con perseverancia y trabajo arduo. Puede sonar a lugar común, pero al final solo así consigues lo que quieres. ‪Nunca estudié esta profesión, por lo que me tocó hacerme solo, golpeando muchas puertas, con muchas caídas y frustraciones pero así he logrado aprender y seguir aprendiendo. Sé que aún falta mucho. Desde que decidí ser ilustrador, no he parado de dibujar, y por esa razón, ahora me aparecen libros casi listos, esas ideas que en su momento parecen sin sentido pero con el tiempo tienen su espacio. ‪Con mucho trabajo puedes ir haciéndote de un nombre, lo cual es muy difícil con la cantidad de excelente demanda que existe mundialmente. Difícil pero no imposible.

 

Roger Ycaza (Ambato, 1977)

Vocalista y guitarrista de las bandas Mamá Vudú y Mundos.

Ha ilustrado más de 60 cuentos y novelas infantiles y juveniles.

Sus trabajos han aparecido publicados en Estados Unidos, Colombia, Argentina, México, España, Chile y Perú.

Obtuvo el Premio Darío Guevara Mayorga a la ilustración infantil-juvenil.

Forma parte del catálogo Iberoamérica Ilustra 2012 y 2014.

www.moebius.fr / www.fondodeculturaeconomica.com / rogerycaza.blogspot.com / rogerycaza.com

 

SOFÍA ZAPATA

¿Quién eres: Sofía Zapata o Sozapato?

—Sofía Zapata está bien para el clown y Sozapato para el mundo de la ilustración, pero, la verdad, me tiene sin cuidado cómo me llamen. Lo que me importa es ser responsable de lo que digo y lo que hago, por eso identificarme, poner mi nombre, firmar mi trabajo es importante.

En la actualidad, te dedicas a la ilustración y al teatro clown. ¿Sientes que una carrera influencia a la otra?

—Sip. Se influyen entre ellas y la vida también… al final, cada espacio me da experiencias de vida, me enriquece como ser humano y eso influye en lo que quiero decir y hacer.

¿Precisando un poco, quiénes influyen en tu trabajo como ilustradora?

—Hay un montón de artistas que veo y me alucinan, ya sea por la forma de comunicar o por la plasticidad de su trabajo. Si me pides autores interesantes, que me hacen replantearme todo cada vez que veo su obra, puedo darte unos nombres, aunque algunos no son ilustradores: Horst Janssen, Toulouse Lautrec, Joerg Immendorff, Shaun Tan, Rebecca Dautremer, Isol.

Eso nos lleva a un par de tus obras. El afiche de Anacoreta y la ilustración de Un vuelo.

Un vuelo es una ilustración que hice pensando en los libros, en las palabras y lo que te dejan al momento de leerlas. Lo que más me gusta es que se trata de ella más que del libro. Traté de mostrar el instante en el que te vuelves parte de las palabras que lees. Anacoreta, porque es lo último que he hecho, creo que es bastante gestual y me gustan sus detalles sutiles, los que develan la personalidad de la personaje. Además, te da una idea de la estética de la obra, es mi más reciente intento de decir algo.

¿Es importante “decir algo”? ¿Qué intentas decir con tus ilustraciones?

—¡Sí que es importante! Si algo creo firmemente es que el ilustrador debe tener una postura crítica con todo y en todo. Creo que todos deberíamos tener un pensamiento crítico muy desarrollado. Mi voz como ilustradora se ve en los textos que escojo y en cómo ilustro esos textos. Cada texto te propone un tema y una reflexión, y de ahí en más tú decides qué vuelta darle a ese texto con tu ilustración, creando un subtexto gráfico.

Es decir, planteas tu propia visión del texto.

—Yo personalmente tengo una postura de vida que intento plasmar en todo lo que hago. Por ahí se traduce en trazos, pero siempre es el tema que me propone el texto el detonador para plantear una postura gráfica. Sí, es mi propia visión de lo que leo. (Entonces se pone lírica). Rayar es lo que soy, buscarme y leerme desde los trazos y los colores es lo que hago para poder respirar. Siempre me sentí fuera de lugar en todo y con todo; a kilómetros o milímetros de todo, eso me produjo un algo desencajado también, el tener esa conciencia no me permitía respirar con serenidad; excepto cuando rayo, cuando pinto, cuando escribo, cuando hago clown. Ahí me siento encajada en el mundo y, si no me pagaran por esto, sería una mendiga ilustradora.

¿Qué tan a menudo te sientes orgullosa de ti misma?

—Son destellos, jajajá. Tengo la manía de renegar de todo lo que hago y aburrirme muy rápido de mi trazo. A veces está bien porque me ayuda a pulirme, pero otras veces puede volverse tóxico y más bien me estanca. Mi afán es aprender a fluir y tener más días de satisfacción y menos de recriminación.

Si pudieras elegir cualquier texto para ilustrar, ¿cuál sería?

Historias de cronopios y de famas de Cortázar. A ver, un texto está bueno siempre que me deje espacio para crear y que no sea paternalista. Hay textos que son muy planos en cuanto al universo que crean, o con las palabras abarcan burdamente todos los espacios y no dejan chance de inventar. Pero Cronopios y famas tiene tanto absurdo que hay todo el espacio para darle vuelta a las cosas, me parecería un vuelo y un reto ilustrar esos pequeños cuentos que con diez líneas lo dicen todo sin decir nada.

¿Hay diferencia entre dibujante e ilustradora?

—Un dibujante es alguien que dibuja, un ilustrador, un artista es alguien que comunica. Es mi visión personal, hay mucha gente que no ve el arte como comunicación, pero yo creo que hay que decir algo con el arte y con la ilustración. El arte debe generar preguntas, y tú como espectador, a través de tu reflexión, encuentras la respuesta que quieres. Se puede generar emoción desde la comunicación, en la plástica del trazo, porque tú eliges ese trazo con relación a lo que quieres decir.

Si el texto cuenta una historia y tus imágenes la reinterpretan, ¿existe el riesgo de comunicar mal esa historia?

—Creo que el texto inicial es tu columna vertebral; si te alejas mucho, la rompes, pero mientras no se rompa… Siento, como ilustradora, que tengo la libertad de crearme el personaje que yo quiera, con mil brazos o un brazo, ese es mi aporte. Se pueden enfatizar cosas del texto, poner luz en cosas que el texto enuncia escuetamente, puedo contar una historia paralela viendo la relación entre los personajes. Hay muchas formas de decir algo sin tener que agredir al texto original.

¿Cómo logras vivir haciendo lo que te apasiona?

—Gracias a la vida he podido trabajar hasta ahora de manera freelance y seguir comiendo en el intento. Entendí que vivir plenamente no implica tener tres carros o vestir de lujo; mientras tenga para comer y para tratarme bien, está bien para mí. A veces la plata me llega por ilustraciones, otras por hacer clown. Me parece más importante vivir haciendo lo que quiero. Por eso no trabajo con gente que no aprecia lo que hago, es decir que no tenga conciencia de que la ilustración es más que un dibujito.

Es probable que siempre esté rayando, pero me gusta escribir y me gusta el clown, y haré todas estas cosas mientras tengan sentido para el ser humano que soy. Tal vez mañana venda poemas en la calle… ¡o panes! Me alucina el arte en todas sus formas y seguro el arte estará conmigo siempre, pero hay tanto arte en un cuadro como en un pan.

 

Sofía Zapata Ochoa (Quito, 1984)

Diseñadora gráfica y licenciada en Artes Plásticas.

Obtuvo menciones de honor en IBBY 2014 con Colorín colorado y en el V Concurso de Afiches Santander Rio – UP “Sueños Latinos”, en Argentina 2011, y el segundo lugar en el Primer Concurso de Ilustración de Girándula 2010.

Es autora de Estas son mis manos, de editorial Pearson y cuentos ilustrados en la revista ¡elé!

Sus grabados estuvieron en las muestras de la Estampería Quiteña y Museo de Acuarela y Dibujo Muñoz Mariño.

Trabajó en Zonacuario y es parte del colectivo teatral español-ecuatoriano El Gran Ticlop.

http://sochanclata.wix.com/sozapato#!portafolio/c199t / http://sozapato.blogspot.com

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