
Del dequeísmo: uno de los pocos ismos que no tiene la gloria de otras corrientes artísticas o ideológicas. Más bien, la deshonra de estar en boca de muchos; sobre todo, de aquellos en cuya boca muere el pez o viceversa: los políticos.
Esa especie demagógica suele ser rimbombante y cree que hablar fino y elevado es alargar las oraciones como si todas se dirigieran al cielo o pidieran perdón por sus pecados. Y por darse con el puño en el pecho dicen, por ejemplo: “Solo he trabajado pensando de que es bueno para el país”. / “Yo creí de que recibir sobornos iba a la cuenta de las horas extras”.
Este mal uso de la política y del dinero del Estado se llama corrupción. Y el pésimo uso del lenguaje, en este caso: poner la preposición de delante de la conjunción que, cuando no la necesita, se llama dequeísmo.
Leamos que nos dice la Real Academia de la Lengua:
Diccionario de la lengua española (DLE)
dequeísmo
1. m. Gram. Uso, normativamente censurado, de la secuencia de que para introducir una oración subordinada que no admite ese régimen verbal; p. ej., Le dije de que viniera en lugar de Le dije que viniera.
Algo en común tienen estas dos conductas, la criminal y la gramatical: que la primera se comete por lograr dinero fácil y rápido; que la segunda puede dejar de cometerse si se hace caso a un consejo fácil y rápido: convertir la afirmación en pregunta, poniéndola junto al verbo.
AFIRMACIÓN | PREGUNTA |
Consideramos de que esto no durará. | ¿De qué consideramos? |
Entiendo de que esto es bueno. | ¿De qué entiendo? |
Pienso de que la medicina lo curará. | ¿De qué pienso? |
Le parece de que esta medida es correcta. | ¿De qué le parece? |
Temo de que el Gobierno entre en conflicto. | ¿De qué temo? |
Me sorprendió de que viniera. | ¿De qué me sorprendió? |
Necesitamos solo un segundo para leer, y enseguida nos damos cuenta de que es imposible contestar estas preguntas; pero sí es posible si únicamente nos quedamos con el “que”: ¿Qué consideramos? ¿Qué entiendo? ¿Qué pienso? ¿Qué le parece? ¿Qué temo? ¿Qué me sorprendió?
Entonces, por su bien y el de su oyente o votante, use únicamente el “que”: Pienso que… / Declaro que… / Reclamo que…
Buenos ejemplos del mal uso del “de que”
Consideramos de que… / Pensamos de que… / Creemos de que… / Reclamamos de que… / Temo de que… / Cómo es posible de que… / Sugiero de que… / Es innegable de que… / Siento de que… / Esperamos de que… / Solicitó de que… / Se ha pedido de que… / Entienda de que… / Es cierto de que… / Se puntualizó de que… / Me parece de que… / Aclarando de que… / Ruego de que… / Mi criterio es de que… / Se supone de que / Me dijeron de que / Comunicaron de que / Han oído de que / Insistió de que / Informé de que…
¿Fueron suficientes ejemplos? ¿O cree de que el mal ejemplo de la clase política es más ilustrativo?
Fuentes: DLE, Fundéu RAE, Susana Cordero de Espinosa y Manuel Corrales Pascual: ¡maravillosos maestros!