Por José Luis Barrera.
Ilustración: Tito Martínez.
Edición 460 – septiembre 2020.

Libros que matan
Una vez mi padre me dijo que los libros lo habían salvado durante su juventud —sufrió depresión severa a los veinte años—, pero le aterraba que al llegar la vejez lo matasen. Y mientras en aquella sala de emergencias los segundos se ralentizaban, yo recordé la frase y la sentí como un puñal hurgándome en las tripas.
Al fondo, médicos y enfermeras se cruzaban igual que los autos en hora pico. Por aquí, un tipo con infecciones; por allá, un ebrio herido en riña callejera; y al fondo, indefenso, mi padre exhalando e inhalando con lentitud, temeroso de que la vida se escapase junto con el oxígeno.
Yo, sin saber adónde huir, seguía pensando en el miedo a los libros, el cual adquirió sentido de un modo imprevisto.
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