El último crimen de Jack el Destripador

Hallie Rubenhold - crimen Jack el Destripador.
Hallie Rubenhold.

El terror que hace 135 años sacudió un barrio marginal del Londres victoriano persevera en la imaginación popular y es objeto de reivindicación.

El cuerpo mutilado de la joven Mary Jane Kelly fue descubierto el 9 de noviembre de 1888 en el sector de Whitechapel, en el East End londinense, y fue el quinto y último crimen (es lo que se supone) de Jack el Destripador, uno de los asesinos seriales más famosos de todos los tiempos.

Al asesinato de Kelly antecedieron otros cuatro en un corto lapso del mismo 1888: Mary Ann Nichols (su cuerpo fue encontrado el 31 de agosto), Annie Chapman (8 de septiembre), Elizabeth Stride y Catherine Eddowes (30 de septiembre).

A lo largo de los años la imaginación popular ha rodeado de mitos los horrendos crímenes, pues las mujeres fueron degolladas y varios órganos extirpados.

Lo curioso es que ninguna pidió ayuda ni se encontraron evidencias de que hubiesen ofrecido resistencia al agresor. Lo más frustrante es que nunca se descubrió quién ejecutó los asesinatos.

En la larga lista de sospechosos hubo desde un barbero judío, un estafador ruso, un zapatero, un abogado y un curandero irlandés-estadunidense, hasta celebridades como el pintor Walter Sickert y el príncipe Alberto Víctor, nieto de la reina Victoria.

Por más de un siglo esta historia real mantiene el interés en investigaciones. Jack the Ripper: Scotland Yard Investigates, de Stewart P. Evans y Donald Rumbelow, es una de las publicaciones que en 2006 replanteó nuevas tesis.

En la época de los homicidios se consideraron once víctimas y cinco se atribuyeron a un mismo asesino. Pero en el libro se afirma que solo cuatro corresponden a Jack el Destripador.

También se cuestiona la probable “destrucción de pruebas” por parte de la Policía y el conocimiento que esta tenía sobre la identidad del criminal.

Reivindicación para las víctimas

Derribar el mito y el morbo de que las mujeres asesinadas eran prostitutas ha sido la tarea de la historiadora Hallie Rubenhold, autora de The five: The Untold Lives of the Women Killed by Jack the Ripper (2019).

En ese libro, ganador del premio literario de no ficción Baillie Gifford, la escritora se pregunta: ¿qué pasaría si la falta de conocimiento sobre cómo vivían o cómo las veía la “sociedad respetable” llevara a creer que todas eran “prostitutas e indignas”?

Pues lo que hizo Rubenhold fue poner sobre el tapete “la primera biografía que explora y contextualiza las vidas de las cinco víctimas… centrándose en ellas y no en su asesino”, como explica la autora en su portal web.

“Quería contar una historia diferente, no de los asesinatos, sino de la realidad cotidiana de sus vidas en la Inglaterra victoriana”, dijo la historiadora en una entrevista con BBC History.

Rubenhold cuestiona la fascinación y la atención mediática y turística que aún suscitan los crímenes de Whitechapel porque, añade, “es el clásico crimen sin resolver que se ha convertido en una especie de juego para ver si podemos resolver el caso de una vez por todas”.

Además de aclarar que solo dos realmente ejercían la prostitución (Mary Jane Kelly y Elizabeth Stride), señala que provenían de la clase trabajadora y que determinadas experiencias las llevaron a vivir en un sector marginal a expensas de la falta de vivienda, del alcoholismo y del abuso doméstico y sexual.

“Haber nacido mujer y pobre en la era victoriana eran terribles circunstancias porque las opciones de lo que podías llegar a ser estaban muy limitadas, al ocupar el peor puesto en la jerarquía social”, dijo Rubenhold a BBC History.

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