EDICIÓN 485

Una versátil herramienta de almacenamiento de información que nació en un juego de mesa.
Una necesidad de la industria automotriz generó la inventiva de un patrón cuadrado en blanco y negro que generalizó su uso gracias a dispositivos inteligentes. Se trata del código QR (en inglés Quick Response), es decir, respuesta rápida.
A principios de los años noventa, el ingeniero japonés Masahiko Hara, del fabricante de piezas para automóviles Denso Wave, se dio a la tarea de crear un sistema de lectura de códigos con mayor capacidad de almacenamiento que la de los códigos de barra que se usaban desde una década atrás.
El reto era crear un nuevo sistema, más rápido y eficiente, para el control de producción —que requería escanear unos mil códigos diariamente— y el manejo de inventario de esa empresa.
Lo curioso es que el juego de estrategia go (en japonés igo) fue la fuente de inspiración para Hara. “Solía jugar al igo en mi hora del almuerzo. Un día, al disponer las piezas en blanco y negro sobre la cuadrícula del tablero, me di cuenta de que era un modo muy fácil de transmitir información. Fue como una revelación”, relató el ingeniero al sitio web Nippon.com.

El código QR estuvo listo en 1994 con una velocidad de escaneo diez veces mayor que el estándar de otros códigos, precisa Denso Wave. Su expansión fue rápida, pues la compañía japonesa liberó la patente, lo que permitió globalizar esa tecnología que repercutió en una vertiginosa popularización con los teléfonos móviles y otros dispositivos equipados con cámaras.
Aplicaciones
La tecnología representada en un patrón de puntos en una cuadrícula en blanco y negro constituyó un salto evolutivo gracias a la capacidad de datos que codifican en dos dimensiones, longitudinal y transversal, a diferencia de los códigos de barras de franjas que solo lo hacen en un eje, el horizontal.
El código de barras es como un sello de identificación que ya tiene setenta años y es de uso global en el etiquetado de artículos de consumo, en logística, historias clínicas y facturas de servicios básicos, entre otras funciones.
Por su parte, el código QR permite a los usuarios acceder a diversa información en la web, mensajería, mapas, texto e imágenes, y tienen alcance global en diversos productos y servicios como cajeros automáticos, transporte, embalaje, menús de restaurantes, obras de arte y museos, anuncios publicitarios, pago de compras, registros médicos y servicios funerarios, entre otros.