
Johny es un diseñador, desempleado como muchos ecuatorianos, que recorre todos los días, carpeta bajo el brazo, las oficinas de la gran ciudad en busca de un trabajo temporal o permanente y de lo que sea. En un símil con la novela El coronel no tiene quien le escriba, cada mañana abre su mail para ver las ofertas laborales y, en bus, a pie, con sol o lluvia, parte a este peregrinaje infinito, así lo describe la crónica de Rafael Méndez de esta edición.
Y para llenarnos de esperanza, el Ecuador disputará el Mundial de Fútbol, en el opulento emirato de Catar. La historia de la selección, según lo cuenta Martha Córdova, ha evolucionado. En Corea/Japón 2002, con Bolillo Gómez, fuimos a aprender; en Alemania 2006, se vio un plantel más maduro y atrevido; de Brasil en 2014 regresó un camerino desunido, y ahora en Catar, el país va con un equipo capaz de todo, en el que hay jugadores cuyos pases superan los treinta millones de dólares. Quizá podamos probar a qué sabe la gloria.