
Tres teorías explican esa experiencia. Sin embargo, debido a lo fugaz del fenómeno, aún es complejo para los investigadores y científicos llegar a una conclusión.
A todos nos ha pasado. En algún momento de nuestra vida hemos dicho: “Esto ya lo viví”. Precisamente, un déjà vu es ese sentimiento sombrío que aparece cuando una situación se nos hace familiar y pensamos que ya ocurrió. Sin embargo, no existe una experiencia pasada relacionada, nunca hemos ido al lugar en cuestión o hemos estado con esas personas previamente. Entonces, nos preguntamos: ¿qué está pasando?
Desafortunadamente, no existe una explicación sencilla para el déjà vu. La experiencia es corta y ocurre sin previo aviso, haciendo casi imposible que los científicos registren y estudien el fenómeno. Los investigadores no pueden sentarse a esperar que esto ocurra, pues podría llevarles años entender el fenómeno. Además, como el educador Michael Molina lo explica en una charla TED, no hay manifestaciones físicas y en los estudios que se han realizado el sujeto describe apenas una sensación o un sentimiento. Por ello, “debido a esta falta de evidencia sólida, se ha especulado mucho en los últimos años”, indica Molina.
Desde que Émile Boirac introdujo el déjà vu como término francés que significa “ya visto”, más de cuarenta teorías tratan de explicar este fenómeno. Aun así, los últimos avances en neuroimagenología y en psicología cognitiva reducen el campo de posibilidades. Las teorías que explicaremos a continuación son las más relevantes al respecto y para ello se usará el ejemplo de una visita a un restaurante por primera vez.
La primera teoría tiene que ver con el procesamiento dual que ocurre después de que se suscita una acción. Por ejemplo, en el restaurante visitado el mesero deja caer una bandeja con platos. Mientras ocurre la escena, los hemisferios cerebrales procesan una ráfaga de información: el mesero agitando los brazos, su grito pidiendo ayuda, el olor de la comida. En milisegundos, esta información va por varias vías y se procesa en un solo momento. La mayor parte del tiempo, todo se registra al unísono. Sin embargo, esta teoría afirma que el déjà vu se produce cuando hay una ligera demora en la información de una de estas vías. La diferencia en los tiempos de llegada hace que el cerebro interprete la última información como un evento separado. Cuando eso ocurre sobre el momento ya registrado, parece como que hubiera sucedido antes porque, en cierta forma, sí sucedió.
La segunda teoría aborda una confusión del pasado en vez de un error del presente. Es la teoría del holograma. Para examinarla piense en el mantel de la mesa del restaurante. Conforme escanea su diseño, emerge un lejano recuerdo de lo profundo de su cerebro. Esto se debería a que los recuerdos se almacenan en forma de hologramas, y en los hologramas basta un fragmento para ver la imagen completa. El cerebro identificó el mantel con uno del pasado, quizá uno de la casa de su abuela, por ejemplo. Sin embargo, en lugar de recordar que usted vio este patrón previamente, el cerebro junta eso con el viejo recuerdo sin notarlo. Esto deja esa sensación de familiaridad pero sin el recuerdo. Aunque usted nunca ha estado en ese restaurante, ya ha visto este mantel, solo que no puede identificarlo.
La última teoría habla de la atención dividida y dice que el déjà vu ocurre cuando el cerebro toma un entorno en forma subliminal, mientras está distraído con un objeto particular, y cuando vuelve nuestra atención, sentimos como si hubiésemos estado ahí antes. Por ejemplo, en el mismo restaurante, su mirada se centra en el tenedor y no se fija en el mantel o en la caída del mesero. A pesar de que su cerebro ha estado registrando todo en su visión periférica, no lo ha estado haciendo conscientemente. Cuando finalmente usted retira la mirada del tenedor, cree que ha estado ahí antes porque lo ha estado, solo que no estuvo prestando atención.
Si bien estas tres teorías comparten características comunes, ninguna se plantea como concluyente. Y mientras los investigadores propongan nuevas formas de capturar este momento fugaz, usted mismo puede estudiar el momento. La próxima vez que tenga un déjà vu, tómese un minuto para pensar en eso: ¿se distrajo?, ¿hay un objeto familiar en algún lugar?, ¿es solo su cerebro que va lento?, ¿o está pasando otra cosa?
(Ángela Meléndez)