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Chile: un destino arqueológico imperdible

Fotografía: travelchile.com

Los cuerpos momificados de la cultura Chinchorro, los más antiguos del mundo, recibieron reconocimiento de carácter patrimonial.

Las visitas a lugares arqueológicos es una opción muy solicitada en los viajes turísticos y, en ese sentido, Chile ofrece un tesoro de relevancia universal. Recientemente, la Unesco declaró Patrimonio Mundial a los asentamientos y la momificación artificial o natural de cuerpos de la cultura Chinchorro en la región de Arica y Parinacota. 

Entre las consideraciones tomadas en cuenta consta “la evidencia arqueológica más antigua conocida de la momificación artificial de cuerpos, con cementerios que contienen tanto cuerpos momificados artificialmente como algunos que se conservaron debido a las condiciones ambientales”.

El reconocimiento se refiere a tres zonas en el norte chileno: el Faldeo Norte del Morro de Arica (área funeraria), Colón 10 (museo de sitio) y la desembocadura de Camarones (asentamientos de los primeros habitantes de la zona costera del desierto de Atacama). Los dos primeros se encuentran en la ciudad de Arica y el tercero a cien kilómetros de esta, precisa el expediente de nominación patrimonial (www.expedientechinchorro.cl). 

Se estima que esos pobladores habitaron la árida región desértica del extremo norte de Chile entre los años 5450 a. C. y 890 a. C. También poblaron el sur peruano. 

La cultura Chinchorro “se diferencia de otros complejos arqueológicos del norte chileno por poseer una desarrollada práctica de momificación de sus cadáveres, que supuso un elaborado culto a los muertos y amplios conocimientos de anatomía humana”, precisa el Museo de Historia Natural de Valparaíso, en cuya colección figuran momias de dos adultos y de dos niños.

La cultura Chinchorro tenía amplios conocimientos de la anatomía humana y desarrolló complejas prácticas de momifificación de cadáveres, incluso anteriores a las del antiguo Egipto.

La técnica de momificación es anterior a la del antiguo Egipto, destaca el museo, y se caracterizó por dejar ojos y bocas abiertos, y los cuerpos “eran inhumados en forma extendida, por lo general en decúbito dorsal o recostados, semidesnudos y comúnmente con reducidas ofrendas funerarias”.

El museo de Valparaíso aclara que todas las técnicas de momificación de la cultura Chinchorro “compartieron similitudes como el uso de peluca, mascarilla facial y palos para reforzar el cuerpo” y que “la práctica mortuoria consistió en descuerar, eviscerar y secar con fuego o cenizas los cuerpos, para luego rellenarlos y modelarlos con arcilla, lana y fibra vegetal. Una vez terminado este proceso, volvían a colocarles su piel”.

De acuerdo a investigaciones, tenían lugar dos procesos de momificación: uno natural (esteras de fibras vegetal y pieles de pelícano y camélidos sirvieron de envoltorio de cadáveres y la desecación ocurría por efectos de la salinidad y aridez del desierto) y otro artificial (era común extraer los órganos y rellenar las cavidades con sustancias orgánicas e inorgánicas).

La momificación artificial, o “de preparación complicada”, se subdivide en las siguientes:

  • Momias negras: cuerpos cubiertos con una capa o pasta delgada de manganeso de color negro azulado. No eran sometidos a incisiones ni suturas. 
  • Momias rojas: el cuerpo era pintado con ocre rojo y la cara, frecuentemente, de negro. La cabeza se cubría con una larga peluca de pelo humano y se calzaba con un casquete de arcilla. 
  • Momias con vendajes: no se realizaban incisiones como en las momias rojas, sino cortes de la piel que se colocaba en forma de vendajes circulares en todo el cuerpo, excepto la cabeza.
  • Pátina de barro: no fue una práctica tan extendida como las otras y se basaba en “desecar el cadáver con brasas” y cubrir el cuerpo con una mezcla de lodo, restos de animales y probablemente sangre del fallecido.
  • El Museo de Historia Natural de Valparaíso precisa que se han estudiado 208 momias, de las cuales 61 corresponden al proceso natural y 147 al artificial.

Conocer la cultura Chinchorro

Museo de Historia Natural de Valparaíso: las cuatro momias negras en su colección datan aproximadamente del año 5050 a. C.

Museo Universidad de Tarapacá-San Miguel de Azapa: está a doce kilómetros de la ciudad de Arica. Una de sus principales exhibiciones está dedicada a las prácticas funerarias.

Museo de sitio Universidad de Tarapacá-Colón 10: está en el centro histórico de la ciudad de Arica y consiste en una sala habilitada para mostrar descubrimientos arqueológicos de enterramientos.

Museo Chileno de Arte Precolombino: se encuentra en Santiago de Chile, muestra una animación de preparación de una momia Chinchorro.

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