Casas impresas, listas para ser habitadas.

Por Ángela Meléndez.

Edición 442 – marzo 2019.

La digitalización transforma el mundo y la industria de la construcción no se queda atrás. Holanda tomó la delantera y en 2023 prevé concluir un proyecto de viviendas desarrollado íntegramente con tecnología 3D.  La primera estará lista en junio próximo.

Lo que hasta hace unos años era una fantasía hoy es una realidad. Impresoras gi­gantes dando vida a estructuras habitables con diseños tan ilimitados como la creati­vidad humana.

La fabricación digital permite a los usuarios que sus viviendas sean únicas pero, además, perfectamente adaptables a sus deseos personales o necesidades especí­ficas, algo que no siempre se logra con los sistemas de construcción tradicionales. Por ejemplo, reportan beneficios a personas con discapacidad que requieren adaptar el me­dio habitacional a sus condiciones.

Para la arquitectura supone un paso adelante en cuanto al diseño y la viabilidad de soluciones habitacionales a largo plazo. Por otro lado, ayuda a reducir la huella am­biental que queda por el uso del cemento y otros materiales, pues se minimiza su uso al igual que las emisiones causadas por su transporte.

Europa da pasos agigantados. Por ejem­plo, el conocido arquitecto italiano Massi­miliano Locatelli diseñó la 3D Housing 05, la primera casa impresa en 3D, de 100 m2, totalmente habitable. El prototipo de esa vi­vienda, que se puede montar y desmontar sin ningún inconveniente, fue presentado el año pasado por las firmas Arup y CLS Architects en el Salón del Mueble de Milán.

Asimismo, Yhnova se denomina un proyecto de vivienda social de un equipo de la Universidad de Nantes, dirigido por el profesor Benoit Furet, que construyó en esa localidad francesa una residencia de 95 m2 a base de poliuretano. Esto fue posible con el robot Batiprint3D en tan solo dieciocho días.

Mientras, en España, la empresa Be More 3D presentó en Valencia una casa pilo­to de 24 m2 desarrollada en conjunto con la Universidad Politécnica. Una impresora de hormigón que funciona “como una manga pastelera” dio forma a la edificación revesti­da con aislamiento térmico exterior.

Casa 3D Housing 05.
Casa 3D Housing 05.
Casa del proyecto Yhnova.
Casa del proyecto Yhnova.
Proyecto de Be more 3d.
Proyecto de Be more 3d.

 

HOLANDA VA POR MÁS

Aunque hay ejemplos de construccio­nes impresas en 3D, el proyecto holandés es inédito, ya que será el primer conjunto des­tinado a vivienda construido íntegramente con esa técnica. Se trata de una iniciativa de la municipalidad de la ciudad de Eindho­ve, en el sur de los Países Bajos, conocida por programas de tecnología y diseño, que cuenta con el apoyo de una universidad y de empresas.

El plan es tener lista en junio próximo la primera residencia que funcionará como prototipo y completar otras cuatro hasta 2023. Las viviendas del novedoso conjunto habitacional, denominado Project Miles­tone, no estarán a la venta, pero sí podrán ser alquiladas por un arriendo mensual de entre 900 y 1 000 euros.

Vivienda de Project Milestone.
Vivienda de Project Milestone.

La empresa holandesa Van Wijnen y el estudio de arquitectura Houben & Van Mierlo están al frente de la construcción. Cada casa dispondrá de tres habitaciones y ocupará alrededor de 300 m2. El diseño del conjunto habitacional no es usual pues se inspiró en rocas dispersas en un campo.

Según el portal EcoInventos, se trata de casas con formas redondeadas y asimétricas y paredes irregulares. La ventaja es que la tecnología de impresión 3D “es capaz de dar forma a cualquier tipo de forma, mientras que el hormigón tradicional es muy rígido”, dijo Rudy van Gurp, jefe de proyecto de la empresa Van Wijnen.

 ¿Cómo se construye una casa en 3D?

Cada sección habitacional se imprime por separa­do y después se traslada al lugar de construcción; es decir, la impresiones de suelos, ventanas, esca­leras, paredes, etc., se arman como en un juego de legos.

En cuanto a los materiales, se utiliza hormigón, pero la idea es implementar el uso del bioplás­tico que contiene 75% de aceite vegetal y está reforzado con microfibras, con lo que podría ser fácilmente reutilizable.

El aporte real de la impresión en 3D es el espíritu colaborativo que genera: los diseños, modelos e innovaciones pueden compartirse masivamente vía digital, dando la oportunidad de construirlos en cualquier punto del planeta, siempre y cuando sus creadores lo permitan.

 

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