Una obra maestra de la ingeniería e hito en la conexión interoceánica fue posible hace cien años con el concurso de miles de hombres y mujeres de diversas culturas.
“Son 100 años de hacer del mundo un lugar más pequeño, del triunfo de la innovación, de la unión de las culturas y de la determinación de un país”, destaca la autoridad del canal de Panamá (ACP) sobre la estratégica vía interoceánica que conecta 144 rutas marítimas.
En 1880 los franceses iniciaron el proyecto, pero tras ocho años, suspendieron los trabajos por problemas financieros. En 1904 Estados Unidos reinició la construcción que concluyó diez años después.
No fueron pocos los desafíos a enfrentar: la complejidad por las condiciones montañosas, cenagosas, lluvias y altas temperaturas. La vía marítima demandó la excavación de 245 millones de metros cúbicos de tierra y rocas, tres veces superior a lo excavado en el canal de Suez. Enfermedades y accidentes causaron más de 26 000 muertes.
Las más graves epidemias fueron las de malaria y la fiebre amarilla. Según el sitio www.panamacanalpanama.com, no se conocía el modo de contagio y “las precauciones estaban condenadas al fracaso”. Por ejemplo, las patas de las camas de hospital se colocaban en recipientes metálicos con agua “para evitar el ascenso de los insectos”, sin saber que el agua estancada es el medio de reproducción de mosquitos.
El cruce del transportador de cemento Ancón marcó la apertura oficial el 15 de agosto de 1914. Empero, el primer tránsito lo realizó el 7 de enero de 1914 una vieja grúa flotante, Alexander La Valley.
El canal es resultado de un legado multicultural de más de 50 000 trabajadores, la mayor parte de las Antillas (31 071), además de europeos y estadounidenses, entre otras nacionalidades.
Durante el siglo XX, Panamá reclamó a Estados Unidos la soberanía sobre el canal y áreas aledañas. Los históricos tratados Torrijos-Carter, del 7 de septiembre de 1977, dieron paso a una transición progresiva que se cristalizó el 31 de diciembre de 1999, cuando Panamá asumió el control soberano total.
En 2007 se inició la ampliación del canal con un tercer carril de esclusas que permitirá el tránsito de buques con mayor volumen de carga.
David McCullough, en su libro El paso entre los mares, describió la vía interoceánica como “uno de los logros supremos de la humanidad de todos los tiempos”. Escribió: “Las cincuenta millas entre los océanos estuvieron entre las más difíciles de vencer por el esfuerzo e ingenio humanos, y ninguna estadística de tonelaje o peaje puede comenzar a transmitir la grandeza de lo que se había logrado. Principalmente, el canal es una expresión de ese antiguo y noble deseo de unir aquello que ha sido dividido, de reunir a las personas. Es una obra de civilización”.
Bisagra del comercio mundial
• Longitud: unos 80 km.
• Vía de conexión con 1 700 puertos en 160 países.
• El sistema de esclusas depende de no menos de 1 500 motores eléctricos. Funciona como elevadores de agua que suben los barcos desde el nivel del mar hacia el nivel del lago Gatún y permite navegar a través del cauce del canal, en la cordillera Central panameña. Las cámaras (escalones) de las esclusas miden 33,53 metros de ancho por 304,8 metros de largo.
• El cruce demora de ocho a diez horas.
• Alrededor de 14 000 naves anuales transitan el canal que mueve un 5% del comercio mundial.
• Trabajadores: 10 000.