Edición 447 – agosto 2019.
Europa no solo es repositorio de monumentos históricos y patrimonios artísticos, sino también de ceremonias que codifican un pasado militar y son dignas de admiración por la solemnidad e imperturbable postura de los uniformados.
El cambio de guardia en el palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II, es muy famoso por los trajes de gala y gorros de piel de oso canadiense, de casi 45 centímetros de alto, que tuvieron uso militar en el siglo XVIII y ceremonial desde 1832. A grandes rasgos el ritual consta del recorrido de la Vieja y la Nueva Guardia con la banda de música, el saludo de los oficiales, la entrega de las llaves del palacio y el reemplazo de los centinelas.
En España, donde los primeros cuerpos armados para proteger a los monarcas surgieron en la Edad Media, el espectáculo se realiza en la Puerta del Príncipe del Palacio Real de Madrid, así como una vez al mes tiene lugar el Relevo Solemne de la Guardia Real. En ese último evento el uniforme de gala reúne detalles de los usados durante el reinado de Alfonso XIII, el de alabarderos y coraceros data de 1875, y el de lanceros y artilleros rememora ropa militar del siglo XIX.
Otra rutina solemne en el viejo continente es la de la guardia presidencial griega (evzones), cuyo origen se remonta a 1868, y resguarda en Atenas la Tumba del Soldado Desconocido y la mansión presidencial. Además de la sincronía de movimientos de piernas y brazos, los evzones llaman la atención por la vestimenta: boina roja con borla de seda, camisa blanca, chaleco bordado a mano, falda con 400 pliegues (el mismo número de años de la ocupación turca), medias blancas con jarreteras y zapatos de cuero confeccionados a mano con pompón en la punta (la indumentaria de Creta usa botas blancas).
El rigor de las de élite que cumplen funciones ceremoniales también está presente en la plaza de las Catedrales del Kremlin, en Moscú, a cargo de los cuerpos de caballería e infantería del Regimiento Presidencial, creado en 1936. El relevo de escoltas fue común en la Rusia zarista (sobre todo en San Petersburgo) y durante el período de la Unión Soviética se escenificó en el mausoleo de Lenin. Desde 2005 se retomó el ceremonial a paso militar, presentación de armas y coreografías en la explanada de las catedrales.
Eventos parecidos se realizan en los palacios reales de Oslo (Noruega), de Amalienborg (Copenhague, Dinamarca), y en el castillo de Praga (República Checa).
