Camaleón Albino

DINEDICIONES, Quito, 2012

camaleonalbinoPartamos del hecho de que Juan Manuel Rodríguez, nacido en Bilbao, es un orfebre de la palabra. Quien haya leído alguna de sus novelas las anteriores: El pez perfumem Cinturón de fuego, El poder de los vencidos, entre otras, me dará la razón. La limpieza de su prosa proviene de ese afán perfeccionista y riguroso del maestro en literatura y comunicación durante más de 30 años. También de sus lecturas, por supuesto.

Juan Manuel me confió Camaleón Albino para una lectura profunda cuando estaba prácticamente al salir del horno. Al margen del manejo pulcro del idioma y sus geniales dobleces y giros omprevistos, me entusiasmaron los personajes y el entorno de este thiller ecuatoriano: Germán Vilca, un actor desempleado que realiza labores de limpieza en el museo antropológico de la ciudad. Damaris, su novia, a quien convence para irse a vivir con él en un altillo clandestino, aledaño a la biblioteca. Y Guilmond, el sagaz periodista, ávido de primicia, que entrelaza su vida con la de estos extraños personajes a partir de un pavoroso incendio que arrasa con el museo.

No faltan en la novela los recursos clásicos de este género: el suspenso, la trama investigativa, una fuga y un desenlace fulminante, siempre mimetizados, como el camaleón, en lo cotidiano de la violencia y el tráfico de drogas, y con el aliño, casi común, de la corrupción en las altas esferas políticas. Los grandes males de nuestro tiempo son relatados con la prosa depurada y la filosofía propia, muy propia de Juan Manuel Rodríguez. (Oscar Vela)

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