Bruselas

Alfredo Noriega
Cactus Pink, Quito

 Henry Black de Donoso Pareja, Rayuela de Cortázar, Ecuador de Henry Michaux, Que viva la música de Andrés Caicedo, El túnel de Sabato, La mancha humana de Philip Roth y El sari verde de Ananda Devi, dan el nombre a cada cuento de este nuevo libro de Noriega.

Narradas en primera persona, son historias de personajes que habitan “esa torre de babel contemporánea”, donde se mezclan culturas, pieles, emigrantes y nativos con sus vidas de sufrimiento y desamor, de enfermedad y muerte. Imágenes en las que el mismo autor se mira retratado, y de las que cualquier ciudadano podría ser protagonista: podría ser un escritor frustrado, un poeta cursi, una estudiante desubicada. Tan global es la angustia existencial, tan fácil es perderse en las calles o plazas de cualquier ciudad. Todas conducen al mismo laberinto…

Los personajes, que narran sus penurias o sus éxtasis en primera persona, se desplazan, viven, aman, se amargan entre Quito y Bruselas. Algunos manifiestan sus complejos por pertenecer a un país “menor”; otros buscan su identidad a la orilla de las estaciones, en relaciones con gente rubia y de ojos azules, o entre agentes de policía y prostitutas. 

Contenidos relacionados

El autor se ríe de sí mismo como migrante que es a esos países, como actor en los paseos por las calles de Quito, por el barrio donde habitó antes de irse. Con las últimas noticias de la política y la “incultura” del Ecuador, narra desde la profundidad de sus ojos que nunca abandonaron del todo su país de origen. Son buenos cuentos, buenas historias que se dejarían saborear mejor si el trabajo editorial de corrección fuera más riguroso.

¿Te resultó interesante este contenido?
Comparte este artículo
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email

Más artículos de la edición actual