
Los pasos perdidos.
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. Edición 425 – octubre 2017. Qué otra cosa podía hacer en ese tiempo sino practicar a diario la natación. Subir al Monteblanco sin moverme
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. Edición 425 – octubre 2017. Qué otra cosa podía hacer en ese tiempo sino practicar a diario la natación. Subir al Monteblanco sin moverme
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. Edición 424 – septiembre 2017. Tenía un gran patio de piedra y veinte cepos de tres metros cuadrados en dos pisos. Estaba ubicado en
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. Edición 422 – julio 2017. Estoy en primer grado y es víspera de Navidad. Por primera vez en la vida veo a mamá como
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. Raro ver una niña, casi un bebé, apareciendo por la ventana de un séptimo piso y a las seis de la mañana. Mírenla, ha
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. El Ivanopla me salvaba la vida casi a diario. Y yo, por supuesto, aprovechaba para ponerme en riesgo, como si uno fuese amigo de
Por Huilo Ruales. Ilustración Miguel Andrade. En el principio de mis tiempos, Quito tenía un sabor a planeta Marte mezclado con Disneylandia. Algo así como ocho horas de viaje se
Por Huilo Ruales Hay alguien que se ha mudado en el piso de arriba. Parecería un niño, pero aquí los niños no tienen derecho de alquilar habitaciones. Ni siquiera
Por Huilo Ruales y nosotros, acá en los graderíos, oyendo el galope de la sangre. Y nosotros, acá en la sangre, oyendo el galope de los graderíos. Porque se
Por Huilo Ruales Así como he carecido de padre he sido pródigo en tías y abuelas y en la cresta una bisabuela de colección. La vieja me odiaba con
Por Huilo Ruales Esta es la meca de todos los sures, incluidos aquellos que ya no saben si la calle donde viven se halla en el sur de Quito o
Por Huilo Ruales 1 Dos canchas de básquet y una de índor, más los contornos para carreras, los baños y el kiosco de las golosinas, ocupaban el patio de
Por Huilo Ruales Es un barco hundido en el cemento penumbroso de la Zona. A su diestra está La Carnicería, bar y parrilla que otorga al cielo nocturno una ancha
Por Huilo Ruales – 1 – Estoy en un avión de dos pisos, arrumado entre más de 500 personas. Aunque a momentos siento que estoy en una atosigada sala
Por Huilo Ruales – 1 – Viernes, diez de la noche. Como si más bien fuese un golpe de gracia pongo el punto final en la segunda novela de la
Por Huilo Ruales He dormido nada más que tres horas. Creí que iba a dormir dos días, pues jamás he caminado tanto y en plena noche bajo una luna tan
Por Huilo Ruales /// El consulado del Ecuador en París se halla al inicio de la avenida Messine, a pocas cuadras del apartamento donde se mató Paul Belmondo, después
Las inolvidables manchas de París Por Huilo Ruales París empezaba a las cinco de la mañana en la place de Pigalle, al pie de Montmartre. Allí me recogía una camioneta
– 1 – ¿Pero qué le pasó al último vástago de la familia Quishpe, aquella de San Antonio de Encalado, terruño ubicado al fondo, a mano izquierda de Guamote, donde
Por Huilo Ruales Uno Hace fu, cuando Kito tenía todavía esperanza y el norte no era una zona sagrada ni, más tarde, una forma de desesperación urbana, la Tuentifor era