Tal como lo lee.  Y es que no importa cuántos Óscar haya cosechado, si no ha estado en el punto más alejado del centro de la tierra, a 6 268 metros sobre el nivel de mar.  Es como tocar el cielo con las manos, libre de cualquier metáfora.

Si no lo cree, pregúntele a Miguel Ángel Vicente de Vera.  El ascendió 5 mil metros cada domingo durante dos meses para hacerle frente a esta aventura. 

“Paradójicamente, en la cumbre no podemos disfrutar de las vistas. Estamos en el interior de una nube que nos impide contemplar el espectáculo. Saco la foto que llevo en un bolsillo en el pecho, cerca del corazón, y la dejo en la cumbre. No soy religioso, pero si existe un más allá, un cielo poblado de ángeles, este es el lugar más cercano”, nos dice. 

Más del Chimborazo:

Will Smith tiene que conocer este paisaje
Will Smith y su sorpresiva visita a Alausí, Ecuador

Recibe contenido exclusivo de Revista Mundo Diners en tu correo