Animales sanadores

Las terapias con perros y caballos son sanadoras para niños con condiciones especiales y la convivencia con gatos procura bienestar a todo tipo de personas. La compañía de estos animales proporciona bienestar y sensación de felicidad.

Fotografías: Shutterstock. Cortesía: Huellas de luz y Maneki Rescate Felino.

Todas las personas necesitan recibir cariño, tener compañía, compartir sus emociones y comunicarse con otros seres. Muchas veces encontramos todo eso en nuestros animales de compañía, a los que ya ni siquiera consideramos mascotas, sino familia.

Son muchos los estudios y artículos científicos que respaldan la influencia positiva de convivir con ellos, asociada a notables mejoras en la salud física y psicológica. The Journal Science Reported publicó que los dueños de animales que miran a su mascota a los ojos durante al menos cinco minutos obtienen un impulso de la hormona oxitocina en el cerebro que ayuda a sentirse bien”, precisa Carolina Arteaga, psicooncóloga y gerente de la Clínica Ángel de mi Guarda.

Si, además, se trata de personas con una enfermedad grave (física o mental), adultos mayores que viven en soledad, o niños que tienen capacidades especiales, entre ellos y su animal de compañía se crea un lazo afectivo excepcional que constituye un aporte sanador para sus estados emocionales. “Son un beneficio para la salud mental, física, espiritual y epigenética de cualquier persona, y en especial para estos grupos vulnerables, donde constituyen piezas importantes para dar una mejor calidad de vida”, argumenta Arteaga.

Perros y gatos

En la práctica de rescatar y buscar adoptantes para gatos, la colaboradora de Maneki Rescate Felino, Sofía Jaramillo, manifiesta: “Tenemos muchos adoptantes especiales, que son niños con síndrome de Down, con Asperger, con autismo… es impresionante el vínculo que crean con su gato, por ejemplo, en el caso de los niños con Asperger, que no hablan con nadie… pero sí hablan con su gato”. Acota: “para las personas con capacidades diferentes es maravilloso tener un gato. Los niños sordos se sienten superbién, porque los felinos aprenden fácilmente y se acoplan a sus necesidades”.

Los perros también son excelentes terapeutas, según manifiesta Viviana Páez parvularia de profesión y con varias certificaciones en trabajo con niños y adolescentes en distintas situaciones y con diferentes discapacidades. Ella trabaja en la Fundación Huellas de Luz y explica que las terapias o actividades asistidas con canes no están dirigidas específicamente a un tipo de discapacidad, trastorno o problema psicoemocional: “tengo la dicha de haber colaborado con personas de todas las edades y condiciones, con excelentes y hermosos resultados”.

Por otro lado, agrega “no podemos esclavizar a los canes de asistencia, ellos han de tener un hogar y desempeñar sus funciones por amor…”

La gama de desempeños es muy amplia. “Las más simples son cepillar a los animalitos, pasear con ellos, entregarles golosinas para sentir su lengua y cómo olfatea la mano antes de tomar la comida, lanzar la pelota, jugar a escondidas, etc.”. Hay otras para manejar una condición en especial como, por ejemplo, la parálisis, artritis o artrosis: “Hacemos que el perro lama las manos porque su saliva tibia permite que la persona relaje los músculos y nudillos, dándole la oportunidad de realizar los movimientos para la terapia física”, señala Viviana Páez.

MANEKI. Fundación dedicada al rescate de gatitos, cuenta con tienda especializada y centro de adopción. El trabajo de MANEKI es rescatar a los gatos, cuidarlos hasta que estén en edad de adopción, esterilizar si es el caso y luego encontrarles un hogar.

“En el caso de niños con dislexia o disfemia hacemos algo tan fácil como hablar con el perro, contarle un cuento, darle órdenes diferentes… Estos ejercicios ayudan a mejorar la comunicación y perder el miedo a equivocarse, ya que nunca van a recibir una desaprobación por parte del asistente canino”, confirma Páez. El tiempo de las terapias y metas de los resultados están alineados con el criterio de un especialista, ya sea psicólogo, neurólogo o psiquiatra, porque son ellos quienes dan la pauta y el diagnóstico para establecer un tiempo determinado y ofrecer las recomendaciones oportunas.

Caballos

Los caballos también son grandes aliados para las terapias. Así lo demuestran las declaraciones de Nelly Vergara, la mamá de Yahir, “un verdadero luchador prematuro extremo que nació con 24,5 semanas de gestación y ya ha cumplido dos años y seis meses”. En septiembre de 2019, cuando solo contaba con diez meses de edad, comenzó con hipoterapia.

Yahir está considerado como un niño de alto riesgo y la parálisis cerebral infantil que presenta es la más grave. “Las terapias han ayudado mucho a mantener en buen estado su cuerpo, lo notamos más despierto, interactúa más con el entorno y ha mejorado en un gran porcentaje su tono muscular…”, explica su mamá.

Ellos son fundadores de la organización Prematuros Extremos Ecuador que grupa a familias con niños prematuros que tienen secuelas en su desarrollo motor, a nivel neurológico, sensorial, visual, auditivo y/o congnitivo. Su objetivo es dar soporte a estas familias que muchas veces no cuentan con los medios económicos para el seguimiento y rehabilitación de sus hijos, entre ellos la terapia con caballos.

En qué consiste la terapia

Comenta que a Yahir le encantan los caballos, sentir su piel, el calor de su respiración, pintar sobre el caballo, los paseos en su lomo y los ejercicios neurológicos sobre el animal. El niño no puede ver porque desarrolló retinopatía y cataratas, así que le encantan los sonidos y su relinchar”, asegura Nelly Vergara. En la terapia se trabaja también en el lenguaje. “Ximena Hurtado, la coach de Yahir, le canta para que él escuche y, de esa manera, él le responde con balbuceos, muy emocionado”, concluye.

Ximena Hurtado es especialista en hipoterapia o equinoterapia, sanación emocional, liderazgo y trabajo en equipo asistido con caballos. La hipoterapia funciona muy bien en el campo infantil y consiste en subir a lomos del animal sin montura, con un pelero (alfombra) y sobrecincha. Se realizan ejercicios neuromusculares para cada área del cuerpo y juegos terapéuticos, todo ello con enfoque en la sensopercepción (auditiva, vocal, visual, táctil), en la parte psicomotriz y en el área emocional”.

Es muy eficaz para niños con parálisis cerebral, falta de concentración, Asperger, baja autoestima, hiperactividad, etc. En el proceso terapéutico, primero se produce un acercamiento con la rienda, luego se socializa con el caballo mientras se camina, y más tarde se monta para practicar distintas posturas neuromusculares en las que el animal se adapta a los ejercicios que se realizarán en su lomo.

Las terapias con caballos para adultos

En cuanto a las personas adultas, “trabajamos en sanación emocional, liberando emociones que no dejan avanzar, para que sean más y mejor de lo que ya son. El caballo se vuelve un espejo de uno mismo y se pueden abordar distintas emociones como ira, pérdida de un ser querido, angustia, relaciones de pareja, estrés, límites, miedos, divorcios y procesos de liberación emocional, entre otras. Aquí no se monta al caballo, todo se hace pie a tierra”, dice la hipoterapeuta.

Caramelo es el nombre del caballo favorito de Ximena Hurtado. Se trata de un bello alazán que la ayudó a recuperarse de un accidente en el que se fisuró la cadera izquierda: “El caballo tiene la marcha de locomoción tridimensional conocida como marcha humana en el paso (no en el trote ni el galope). Con Caramelo fui recordando cómo caminar y mi rehabilitación distinta tuvo excelentes resultados”.

Además de su propia experiencia, Ximena recuerda otro caso de recuperación espectacular: “Una niña que estuvo mucho tiempo con nosotros y tenía parálisis cerebral logró montar sola al caballo”.

Terapias con animales

FUNDACIÓN HUELLAS DE LUZ. En el caso de niños con dislexia o disfemia hacemos algo tan fácil como hablar con el perro, contarle un cuento, darle órdenes diferentes… Estos ejercicios ayudan a mejorar la comunicación y perder el miedo a equivocarse, ya que nunca van a recibir una desaprobación por parte del animalito.

Acudir a terapia con animales o compartir nuestra vida con ellos tiene un impacto positivo, especialmente en nuestro bienestar mental. De ahí que en la pandemia la compañía de nuestras mascotas haya cobrado tanto valor.

En palabras de la psicooncóloga Carolina Arteaga, “nuevas investigaciones han demostrado la efectividad de los animales de compañía para mejorar la salud en padecimientos como el VIH, enfermedades psiquiátricas, psicológicas, ansiedad, depresión, esquizofrenias, fallas cardiacas, problemas del corazón, accidentes cerebrovasculares, neurológicos, diabetes, artritis, cáncer avanzado, dolor crónico, cuidados paliativos, entre otros”.

Si vamos un poco más allá, podríamos decir que hay bastantes personas, seguramente más de las que lo quieren reconocer, que prefieren la compañía de uno de estos seres sintientes a la de los humanos… ¿Es su caso?

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