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André Ricard o la belleza de lo cotidiano

El diseñador español de 92 años siempre ha trabajado para mejorar la función y la estética de los objetos del diario vivir.

André Ricard.

Tiene 92 años y aún sigue pensando que lo funcional debe ser bello. El catalán André Ricard (Barcelona, 1929) ha trabajado con esa idea desde que empezó a diseñar en la década de los cincuenta. Sus proyectos han tenido como objetivo mejorar la función de los objetos cotidianos y eso le ha llevado a ser pionero del diseño industrial en España.

Aunque su mayor visibilidad se dio por el diseño de la “Antorcha” de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y el “Crisol de la Llama Olímpica” en el Musée Olympique de Lausana (Suiza), muchas de sus obras tienen que ver con la vida diaria. Buzones, interruptores de luz, ceniceros, máquinas de café, exprimidores, botellas, frascos de perfumes o jabones son parte de su colección y de su talento. 

“Desde niño siempre me gustaron los objetos, entender por qué tenían la forma que tenían. Me gustaba dibujar, me gustaban las manualidades. No era un excelente alumno pero todo lo que era dibujo y geometría era lo mío”, cuenta en una entrevista con el director de cine Martin Maisler. Así, lo que “comenzó como una afición terminó como vocación”. 

Recuerda que su primer diseño fue un coche de madera, que construyó para entretenerse en medio del estallido de la Guerra Civil en España, cuando apenas tenía siete años. Estudió Bellas Artes en la Academia de Warnia Zarzescka (Barcelona), pero fue en Inglaterra donde descubrió el diseño. Al regresar a España intentó aplicar lo que había visto allí en la empresa de su padre, que era una farmacéutica.

Ricard tiene claro que, si bien la creatividad en innata al ser humano, “todo es un rediseño de lo que ya ha existido y que lo primero que deben tener los objetos es utilidad, que debe estar acompañada de la imagen porque todos utilizamos los objetos con una intención aparte de la función que tienen”. 

“La especie humana crea lo artificial como forma de suplir, como prótesis de lo que la naturaleza no puede crear”, afirma.

Ricard ha sido reconocido con el Premio Nacional de Diseño de España, la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluya, la Orden Olímpica del Comité Olímpico Internacional, la Medalla de Oro al Mérito Artístico de la ciudad de Barcelona y es Caballero de la Légion d’Honneur de Francia.

Objetos bellos que funcionan

  • Lavadora Jalitan (1959).
  • Cenicero Copenhaguen (1965).
  • Foco de escritorio Tatu (1972).
  • Exprimidor eléctrico Moulinex (1985).
  • Envase de perfume Carolina Herrera (1988).
  • Antorcha Olímpica (1992).
  • Camiseta 100 años Joan Miró (1993).
  • Cafetera Gaggia G6 (2005).
Diseños de André Ricard.
De izquierda a derecha: Foco de escritorio Tatu (1972), cenicero Copenhagen (1965), Envase del perfume de Carolina Herrera (1988).

Un documental

André Ricard, el diseño invisible es el nombre de un documental recién estrenado sobre la vida del diseñador que pretende reivindicar su trabajo dentro del diseño industrial. El video, dirigido por Poldo Pomés y escrito por Xavier Mas de Xaxàs, muestra que Ricard fue el primero en conectar a los diseñadores españoles con los europeos y norteamericanos, y en dignificar una profesión que no se apreciaba.

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