A (zoom)ate

Por Milagros Aguirre

Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Hace tiempo que no iba al teatro pero, en épocas pandémicas, los artistas se han reinventado (palabra que ya está de moda) y han ofertado funciones vía Zoom y otras plataformas. Aunque no sea lo mismo, no está mal, a la final, con virus o a pesar de él, la función debe continuar. Azoomate al teatro, decía Juanita Guarderas por redes sociales, total: clases en Zoom, conferencias en Zoom, reuniones de teletrabajo en Zoom y teatro en Zoom, encuentro entre amigos por Zoom, cumpleaños por Zoom, ruedas de prensa, terapias sicológicas, consultas médicas, teatro, música. Todo desde casa. Todo frente a la computadora, de Zoom en Zoom, de webinar en webinar, todo el bendito día, confirmando que una cosa es el distanciamiento físico y otra lo que llaman distanciamiento social.

Al principio me resistí, pero terminé comprando mi entrada vía una plataforma de pago llamada Buen Plan. Me conecté a ver No quiero morir virgen, monólogo de Juana y me sorprendió: creo que están teniendo más asistentes que cuando el teatro era en vivo… Fue un buen plan… Hoy está con La venadita en escena y tampoco me la voy a perder.

Christoph Baumann convocó a tremenda audiencia: 103 personas el Día del Padre para ver su monólogo y luego conversar con él y su hijo Gabriel, de lo que es ser familia de artistas. Dos días antes, Alex Alvear estuvo dando un conciertazo de sus “ticinco” también por esa vía, con grandes músicos en el escenario.

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